Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
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La universidad latinoamericana

La universidad latinoamericana
El Banco Mundial acaba de publicar un informe sobre la calidad, la diversidad y la equidad en las instituciones de educación superior (IES) en nuestro subcontinente. A pesar de que estos informes estén elaborados exclusivamente por economistas, sus resultados y sus recomendaciones son importantes quizá porque su énfasis en los datos hace posible diseñar otros análisis y otras conclusiones. Valga esta oportunidad, entonces, para compartir algunos datos y debatir una de sus conclusiones.

“La educación superior en la región se ha expandido radicalmente en los últimos quince años, pues la tasa bruta promedio de matrícula ha crecido del 21 por ciento al 43 por ciento entre el año 2000 y el 2013. En la actualidad el sistema incluye aproximadamente a 20 millones de estudiantes, 10.000 instituciones y 60.000 programas”.

“La gran expansión experimentada desde principios de los años 2000 ha dado lugar a un nuevo y complejo panorama. Los hacedores de política, preocupados por el acceso y la movilidad social, expandieron el sistema en un periodo de crecimiento económico, abundancia fiscal y crecimiento de la clase media. Como resultado, el acceso aumentó para todos los estudiantes, pero especialmente para aquellos procedentes de entornos socioeconómicos bajos y medios. Estos ‘nuevos’ estudiantes, que previamente estaban infrarrepresentados en la educación superior, constituyen un elemento crucial del nuevo panorama”.

Las afirmaciones citadas demuestran que la expansión de oportunidades en el acceso a la educación superior ha permitido a bachilleres de la población con menores recursos ingresar a las IES. La mayor posibilidad de acceso es un indicador de mayor equidad. Pero la equidad no solo tiene que ver con acceso; hay mayor equidad cuando la posibilidad de graduarse es similar. “En promedio, alrededor de la mitad de la población de 25-29 años de edad que comenzaron la educación superior en algún momento no finalizaron sus estudios, sea porque aún están estudiando o porque desertaron”. De ese 50 por ciento de estudiantes que no se gradúan cuando deben o que desertan, el 75 por ciento forma parte de lo que el informe denomina “nuevos estudiantes” en el caso boliviano.

Estos datos prueban que también en Bolivia hay mayor acceso a las IES. Demuestran también una paradoja: el ingreso a la universidad no es un indicador relevante de la disminución de la pobreza o de mayor equidad. Los bachilleres pobres y medios ingresan a la universidad, pero en un 75 por ciento no pueden graduarse. Probar la igualdad no es sinónimo de ser iguales.