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  • Diario Digital | viernes, 29 de marzo de 2024
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Temer al descubierto

Temer al descubierto
En la más intensa de sus crisis políticas, Brasil empezó ayer el debate público sobre la renuncia o destitución del presidente Michel Temer, salpicado por un monumental escándalo que lo implica en asuntos de corrupción y en intentos de obstruir a la justicia.

En las calles, en el Parlamento, en los medios digitales, en la televisión y en las redes sociales, informó la agencia EFE, han cobrado cuerpo las exigencias para que Temer renuncie, que han surgido hasta en su propia base congresal, que hasta esta semana era considerada sólida y absolutamente fiel. Al escándalo que se cierne en torno al Mandatario se sumó una decisión del Tribunal Supremo, que anunció la apertura de un proceso de investigación sobre las sospechas que pesan en su contra.

Pese a todo ello, recordándonos a los bolivianos el “No voy a renunciar” de un Presidente en 2003, el Jefe de Estado brasileño salió ayer al paso para, mediante asimismo un mensaje televisado, asegurar que seguirá en el cargo. "No renunciaré. Repito. No renunciaré y exijo una esclarecimiento pleno de todo".

La crisis estalló este jueves, con la información, revelada por el diario O Globo, de que Temer fue grabado por un empresario que colabora con la justicia en investigaciones sobre corrupción, cuando avalaba un soborno a un exdiputado preso a cambio de su silencio. El objeto de la coima era Eduardo Cunha, expresidente de la Cámara baja, antiguo aliado del gobernante y promotor del juicio político que condujo el año pasado a la destitución de Dilma Rousseff y, por consecuencia, llevó a Temer al poder.

Miles de personas tomaron ayer las calles de al menos una decena de las principales ciudades de Brasil. Las manifestaciones fueron convocadas por organizaciones de la sociedad civil que, además de exigir el fin del Gobierno de Temer, pidieron convocar elecciones generales. A su vez, se conoció que el nuevo escándalo provocó la tremenda caída del 8.80 por ciento en la bolsa de Sao Paulo y la mayor depreciación del real de los últimos 14 años.

Se trata de un escenario político, económico y social muy complejo que, pensamos, podría distensionarse con la dimisión del Presidente y, como demandan varios sectores, la convocatoria a comicios adelantados. Tal salida no solo sería conveniente, sino del todo ajustada al orden democrático, pues la llegada de Temer al cargo —por cierto, celebrada entonces por la oposición boliviana— no fue por la vía del voto popular, sino tras maniobras político-judiciales que muchos analistas no dudaron en calificar como un golpe de Estado blando, que impidió el cumplimiento del mandato Rousseff.

Hay que señalar también como antecedente la tan escasa popularidad de Temer. Hace apenas seis días, a un año de su Gobierno, las agencias internacionales informaban que la aprobación del Jefe de Estado llegaba a solo entre 4 y 5 por ciento. ¿En cuánto se situará hoy?

Con ese respaldo mínimo, aunque paradójicamente alto en el Congreso por el apoyo de los partidos de derecha, Temer se proponía llevar adelante un duro paquete económico para recortar beneficios a los trabajadores y aumentar las facilidades a las empresas. Anunció en marzo un recorte de 42.100 millones de reales (unos 13.150 millones de dólares) en varias partidas presupuestarias —incluidas las de cultura y educación— y abrió sin reparos el candado de las leyes del trabajo, que rigen desde 1943, con una reforma que permitiría una rebaja de los costes laborales y daría a los convenios colectivos valor de ley. La propuesta para el sistema de pensiones, que se discutía en el Congreso, endurece las condiciones para obtener ese beneficio al establecer como edad mínima para la jubilación los 62 años para mujeres y los 65 para hombres, con un mínimo de 25 años de cotización.