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  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
  • Actualizado 22:07

Que no sea una cumbre más

Que no sea una cumbre más
Como sucediera con otros ámbitos, por ejemplo salud y justicia, sin que hasta ahora se evidencien grandes transformaciones estructurales, ha optado el Gobierno por convocar a una cumbre, ahora de culturas, a iniciativa del Ministerio del sector. Tal repartición ha anunciado que se han abierto centros de registro de artistas en todo el país, en los que se acreditará a los creadores hasta el próximo 5 de junio, tomando en cuenta también los nombres de los afiliados a organizaciones ya constituidas.

En la Cumbre Plurinacional de Culturas, cuya fase preparatoria se inició el 28 de abril, se debatirá un anteproyecto de Ley del Artista, así como una Ley de Culturas, informó la ministra Wilma Alanoca. “Se decidió que el Ministerio inicie un proceso de inscripción y actualización masiva de los artistas de todo el país, para lo cual se han habilitado los centros en coordinación con las gobernaciones y las filiales departamentales e instituciones culturales. Hasta el 5 de junio, toda esta información estará publicada en la web y redes sociales del Ministerio de Culturas, para que todos estén anoticiados, tanto en el área urbana como rural”. La autoridad indicó que hasta la señalada fecha también se recibirán todas las propuestas de anteproyecto de norma, así como se atenderán solicitudes de reunión con diferentes colectivos.

Si bien es probable que, así como en iguales acciones del Ejecutivo, la intención del Ministerio sea la de democratizar la toma de decisiones, ojalá que los organizadores no pretendan comenzar de cero, desconociendo lo avanzado. Y es que diferentes organizaciones artísticas y de la sociedad civil, como Telartes, elaboraron iniciativas en este sentido que fueron incluso consensuadas con el propio Ministerio, aunque luego poco hizo esta instancia para elevar los documentos a rango de ley. Están también asociaciones específicas, como las de los trabajadores del audiovisual que, desde hace años, ya emprendieron el trabajo de creación y consenso de la tan necesaria nueva Ley del Cine. En estas iniciativas participaron asimismo gestores culturales y expertos en áreas relacionadas que, no siendo artistas, deberían tener ahora igualmente la posibilidad de ser parte de la Cumbre de Culturas.

Tras resolver en esta primera fase los problemas de participación y debiendo tomar en cuenta lo avanzado, el Ministerio de Culturas tiene a continuación el reto fundamental de garantizar que la actividad no sea solo un espacio de exposición de buenas intenciones. Se debe sistematizar de manera adecuada las propuestas, velando, sobre todo, porque sean aplicables. En ese marco, debería ya el Ministerio de Culturas estar gestionando con su par de Economía un presupuesto para la implementación de lo que las normas consensuadas vayan a dictar. Está claro que la de ahora tendría que ser la oportunidad definitiva para que el Estado elabore políticas serias de fomento a un sector que ha sido de los más olvidados, pese a la pregonada “revolución democrática y cultural”. Para ello, no serán pues suficientes enunciados que abunden en lo vital de la cultura. Importante sería, por ejemplo, consolidar la exención de impuestos al sector, establecer un mínimo de presupuesto estatal (de los niveles central y regionales) para la cultura (al menos el 1 por ciento, idealmente), otorgar a los artistas la posibilidad de seguro médico y jubilación, potenciar los premios existentes, crear fondos concursables de creación e investigación, destinar recursos al cuidado patrimonial y, en el caso de artes como la literatura, la música y el cine, establecer programas para la formación de públicos e incluso cuotas de pantalla o de difusión, fortaleciendo de ese modo también el periodismo cultural.

Solo la ejecución de medidas concretas hará que el sector y la población en general comiencen a creer que el Estado tiene en el desarrollo de las culturas uno de sus pilares al que en verdad toma en serio.