La Cámara Nacional de Distribuidores de Gas Licuado de Petróleo (GLP) en Bolivia se declaró en emergencia y exige el incremento de un boliviano en la comisión por garrafa que se comercializa, sin que esto incida en el precio final para el comprador.

El presidente de la Cámara, Simón Ferrufino, informó que la comisión del 16 por ciento por garrafa, es decir 3.60 bolivianos de los 22.50 que cuesta el GLP, se mantiene “congelada” desde hace 20 años.

Cuestionó que no tengan una respuesta del Gobierno desde hace cuatro años, cuando iniciaron las gestiones en torno al tema.

El sector no descarta la suspensión del servicio a la ciudadanía en caso de no ser atendido por las autoridades nacionales.

“Si se llegará a suspender la distribución de GLP, será de exclusiva responsabilidad del Ministerio de Hidrocarburos y la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH). Estamos seguros que las autoridades del rubro tomarán decisiones sabias para evitar conflictos que afecten a la gente”.

Entre las causales de inestabilidad económica a la que se hace referencia, la Cámara argumentó la emisión del decreto supremo que determina el incremento salarial.

“En diciembre del año pasado presentamos una estructura de costos para el distribuidor, con una utilidad de 15 centavos. Pero, con la nueva disposición llegamos a cero y no tenemos la capacidad económica para cubrir el costo de operación de distribución del GLP”.

El representante expresó que el costo de vida se elevó “entre 700 y 800 por ciento ” en dos décadas.

“Antes una llanta costaba 80 dólares y ahora cuesta 600 a 700 dólares para los camiones de transporte. Los costos siguen subiendo, no podemos aguantar este tratamiento”.

Enfatizó que es posible mejorar las comisiones sin afectar el precio final, considerando que ahora se exporta, y no se importa, el gas en el país.