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  • Diario Digital | sábado, 20 de abril de 2024
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DESDE AFUERA

Macron baja al barro y supera un doble reto

Macron baja al barro y supera un doble reto
Emmanuel Macron se enfrentó en el debate electoral del miércoles no solo a una dura contrincante que se sitúa en las antípodas de su pensamiento, Marine Le Pen, sino sobre todo al escrutinio de millones de franceses que medían su talla presidencial.

A tenor de las primeras encuestas y de la opinión de los expertos, el aspirante socioliberal a la Presidencia francesa superó con holgura el doble desafío. Los 20 puntos que todavía mantiene de distancia sobre Le Pen en los sondeos hacen improbable la victoria de la ultraderechista en la segunda vuelta del domingo. Por eso, el exministro de Economía (2014-2016) tenía la obligación adicional de ofrecer una imagen contundente de liderazgo, capaz de contener la amenaza creciente del Frente Nacional sin arrugarse ni perder la compostura.

Desde el minuto uno, el combate se desarrolló en un lodazal. Al primer puñetazo dialéctico de Le Pen respondió Macron con otro sobre la pertenencia de esta a la dinastía de la ultraderecha desde hace cuatro décadas. En los días previos al careo, se había asentado en Francia cierto lugar común de que el colmillo y la experiencia de Le Pen, de 48 años, serían demasiado para un Macron, de 39, supuestamente tierno para estas lides. Las analistas destacaron ayer que la líder del Frente Nacional (FN) adoptó la postura de "jefa de la oposición", mientras que dejó el tono presidenciable a Macron, que se prodigó en explicaciones técnicas y pedagógicas al tiempo que interpelaba a Le Pen sobre su programa.

Para el experto en comunicación Guillaume Jubin, del gabinete Tilder, Macron "claramente se llevó el debate en un punto fundamental: fue quien asumió la postura y la visión presidencial". Jubin consideró, en declaraciones al diario Le Fígaro, que el cara a cara fue una prueba para el socioliberal "en la que tuvo que evitar permanentemente caer en la trampa de la confrontación y la polémica que le tendía Le Pen en detrimento de las cuestiones de fondo". El analista contrapuso la imagen ofrecida por la ultraderechista a lo largo de la campaña y en los previos debates con la que mostró este miércoles, al "no salir de la acusación y la denuncia, dejando las proposiciones y lo positivo a Macron".

Si en algo coinciden los observadores es en que el duelo fue mucho más áspero y brutal que todos los precedentes en presidenciales anteriores, por lo que el ruido muchas veces ocultó la discusión acerca de las cuestiones que preocupan a los franceses.

Los contraataques de Macron desde el comienzo parecieron pillar con la guardia baja a Le Pen, que se empeñó en tratar de deslegitimar a su rival más que en rebatir sus propuestas u ofrecer alternativas.

El exministro de Economía, que abandonó el Ejecutivo para lanzarse en solitario al frente de su movimiento En Marcha hace menos de un año, era consciente de que para ganar este debate solo debía no cometer patinazos que afectasen a su imagen.

El experto en campañas electorales de la universidad SciencesPo Gaspard Estrada, dijo que el éxito de Macron se debió "no tanto a su prestación, sino al contraste entre lo que decía y la actitud hostil de Le Pen". Al "dejar en evidencia la naturaleza" de su adversaria, el exministro consiguió, a juicio de este analista, acercarse a un segmento de la población como los votantes del izquierdista Jean-Luc Mélenchon, que todavía dudan si apoyarle en la segunda vuelta, votar en blanco o abstenerse. Estrada consideró que con su actitud agresiva "Le Pen gana el estatus de líder de la oposición, pero en términos de discurso la estrategia de ´desdemonización´ del Frente Nacional muestra sus límites".

(Tomado de la agencia EFE)