Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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DE FRENTE

Familias superdotadas en el poder

Familias superdotadas en el poder
A lo largo de su historia, Bolivia ha sido gobernada por élites con vocación patrimonialista, gente para la que acceder al poder, por voto popular o mediante golpe de Estado, significaba libertad para decidir sobre el patrimonio público, cual si se tratara de bienes personales.

Hubo épocas en las que a algunos se les hizo un tanto más difícil porque debían negociar con otros que tenían las mismas expectativas de ser no solo usufructuarios del patrimonio estatal, sino propietarios absolutos, o, en el mejor de los casos, porque se encontraban con gente que tenía la convicción de servicio al país, antes que la de servirse de los bienes de él.

Cada cambio de Gobierno, siempre ha despertado el nacimiento de un germen de esperanza de transformación de esa angurria voraz por apropiarse de los bienes públicos y la expectativa de contar con organizaciones y personas cuyos proyectos no pasen por desvalijar al Estado, sino por acrecentar la riqueza estatal con políticas económicas y sociales.

Sin embargo, lejos de mejorar la situación y disminuir las ansias de los/as gobernantes de echar mano al patrimonio público, las cosas van a peor. No importa cuál sea el color político de los que llegan a Palacio de Gobierno, con el justificativo de que necesitan rodearse de gente de confianza, terminan convirtiendo al país y sus instituciones en su feudo.

Lo que sucede en el Gobierno del Movimiento Al Socialismo (MAS), a la cabeza de un dirigente sindical, resulta sencillamente patético. Todos los males infligidos por los gobiernos anteriores se multiplicaron exponencialmente, a pesar del discurso de transparencia y honestidad con el que cautivó a buena parte de la población; discurso y promesas que hoy son simples anécdotas. Para empezar, existe una resistencia férrea a aprobar una ley de acceso a la información, con la que podría transparentar la gestión y a institucionalizar la administración pública y las empresas del Estado.

Pero, lo realmente grotesco es el copamiento de las instituciones públicas por clanes familiares. Padres, madres, hijos, hijas, hermanas y hermanos, parientes hasta la tercera generación han descubierto su condición de superdotados/as y multiusos. Pueden realizar cualquier función pública (con preferencia en YPFB, Aduana, Impuestos Internos, etc.).