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  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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Brasil: enfrentamientos entre manifestantes y la policía en la huelga contra Michel Temer

Brasil: enfrentamientos entre manifestantes y la policía en la huelga contra Michel Temer


Enfrentamientos entre policías y manifestantes, paro de transportes y en las escuelas marcaban este viernes la huelga general convocada en Brasil contra las medidas de austeridad del gobierno de Michel Temer, en un país sumido en la recesión y con niveles récord de desempleo.

Al comienzo de la tarde, cuando estaban convocadas las principales marchas, el centro de Rio se convirtió en un campo de batalla mientras los agentes dispersaban con gases lacrimógenos a unos 2.000 manifestantes frente a la Asamblea Legislativa, constataron periodistas de AFPTV.

Los enfrentamientos se prolongaban al caer la noche en torno a la plaza Cinelandia, rodeada por policías del cuerpo antimotines que dispersaban con gases a grupos que se congregaban en las calles aledañas.

Ya durante la mañana, la policía había intervenido contra activistas que bloqueaban calles de Sao Paulo y otras ciudades.

Se trata, según la Central Única de Trabajadores (CUT), de laprimera huelga general convocada en el país desde junio de 1996, contra las privatizaciones y la flexibilización de los derechos laborales impulsadas por el gobierno socialdemócrata de Fernando Henrique Cardoso.

En esta ocasión, las denuncias apuntan en particular contra los proyectos de reforma del sistema de jubilaciones y, una vez más, de flexibilización de los contratos de trabajo.

Ambas iniciativas están en votación en el Congreso como parte del programa del gobierno para enderezar las cuentas y sacar a Brasil de la peor recesión de su historia. Según datos oficiales publicados este viernes, el desempleo en la mayor economía latinoamericana alcanzó un nuevo nivel récord de 13,7 por ciento , con 14,2 millones de personas en busca de trabajo.


Tanto para la CUT, ligada a la izquierda, como para Força Sindical (FS) -cuyo presidente es diputado de la base aliada del conservador Temer- la jornada fue un éxito. Según FS, casi 40 millones de brasileños adhirieron a la medida de fuerza.

"Es una clara demostración de que la gente decidió parar en protesta contra la retirada de derechos que sufre por parte del gobierno", afirmó el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010), ícono de la izquierda, en una entrevista con la radio Brasil Atual.

"Es una satisfacción saber que el pueblo brasileño está tomando conciencia", agregó el exlíder sindical, favorito en las encuestas de intenciones de voto para 2018 pese a que enfrenta cinco acciones judiciales, en su mayoría por el escándalo de sobornos en Petrobras que salpica a decenas de dirigentes tanto oficialistas como opositores.

Para el gobierno, en cambio, la paralización fue un fracaso: "Están impidiendo que las personas lleguen a sus lugares de trabajo. En un primer análisis, eso evidencia que es una huelga que no existe. Es más una huelga de sindicatos perturbados por las decisiones del Congreso", dijo el ministro de Justicia, Osmar Serraglio, a la radio CBN.

En Sao Paulo, motor económico y distrito más poblado del país, se produjeron algunos enfrentamientos entre manifestantes que obstruían arterias de la ciudad y la policía, generando congestionamientos en el tránsito.

El aeropuerto doméstico de Sao Paulo registró 13 vuelos cancelados y 23 atrasos de un total de 124 previstos, pero la empresa que lo administra no supo precisar si los trastornos tienen relación directa con la huelga.

En la terminal internacional paulista de Guarulhos, de las 190 llegadas y 175 partidas programadas se registraron 24 despegues atrasados y siete cancelaciones hasta las 16H00 locales, según un comunicado que divulgó la terminal. En Brasilia, la huelga afectó por la mañana a 32 de los 182 vuelos previstos y ocho debieron cancelarse.

La capital del país estaba sin servicio de autobuses y metro y con vallas que cercaban a los edificios del Congreso y la Presidencia, parte de un vasto operativo policial para impedir invasiones durante las protestas, seguidas muy de cerca por el gobierno de Temer.