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  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
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SENTIDO COMÚN

Quién pone penas al arte

Quién pone penas al arte
Conocí a un músico, un charanguista excepcional que tenía muchos hijos y que pretendió vivir de su arte. Fue contratado por autoridades que tenían que ver con la cultura y organizaban espectáculos para divertir al pueblo. En una oportunidad, lo contrató una autoridad que era una persona insensible y aprovechadora, y no le pagó. Este artista tuvo que caminar de Herodes a Pilatos reclamando sus derechos, sin obtener resultados. También se quejó que en otras ocasiones funcionarios le entregaron un monto menor que el que estipulaba en su contrato. Es verdad que muchos artistas, especialmente músicos, pasaron por la misma situación. La mayoría aclara que no se anima a denunciar porque en el futuro les cerrarán las puertas y por consiguiente el desarrollo de su arte y su difusión se verá limitado.

¿Y qué podemos decir de los y las que se dedican a la pintura, al grabado, a la fotografía y a la escultura? Solo algunos pueden acceder a un espacio de exposición de los pocos que tenemos en Cochabamba, porque casi siempre están ocupados desde el inicio del año. Muchos de los premios 14 de Septiembre se encuentran botados en espacios municipales, sin ningún cuidado ni valoración cultural. Otros cuadros, especialmente de grandes pintores, como por ejemplo los de Gíldaro Antezana, han desaparecido de los inventarios y de los depósitos, y a la fecha no se sabe dónde han ido a parar, pese a los reclamos de sus hijos. Hasta la fecha tampoco se han procesado a autoridades o funcionarios que eran responsables y ocupaban cargos en la Secretaría Municipal.

En cuanto a los murales pintados por jóvenes en el distribuidor de la Cobija, la actual gestión municipal, de un brochazo de pintura de cemento, ha borrado esas creaciones que, nos gusten o no, son expresiones de arte de la juventud. Ese distribuidor ahora es un monumento al cemento, característica de muchas obras de los últimos tiempos.

El tema de la cultura y el desarrollo del arte en general no es prioridad para nuestras autoridades, a pesar de que se han creado instancias con el tema específico. Cuando se llega a la elaboración de planes y POA, las asignaciones presupuestarias son tan esmirriadas, que parece que hicieran un esfuerzo de caridad para poner lo mínimo necesario. Y ese mínimo necesario se utiliza de forma nada transparente, se contrata a artistas para actividades culturales, es cierto, pero hay que ver a fondo cómo son esos contratos. Por otro lado, se utiliza el presupuesto para hacer del patrimonio restaurado “La Casa de Papá Noel”, propaganda de la Coca Cola o propaganda de alguna otra empresa comercial. Se utiliza a personajes con una visión muy colonialista en eventos para niños que nada tienen que ver con nuestra cultura.

Es muy cierto que en el país existen pocos incentivos para el desarrollo del arte y la cultura, no obstante de que, en el concepto del Vivir Bien, la danza, el baile, la música, las artes plásticas, el muralismo, la artesanía, la cerámica, los tejidos, el arte en general son expresiones humanas de vida, porque tienen una estrecha relación con la alegría, la necesidad de crear, la perspectiva de trascender más allá de la sobrevivencia del cuerpo.

Se pretendió poner más penas al arte cobrando impuestos a los músicos, pero al final sus reclamos justos influyeron en la anulación de esta propuesta.