Con el respaldo de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS) y un grupo de biólogos, la Dirección de Desarrollo Productivo del Gobierno Municipal de Quillacollo logró identificar la planta acuática que invadió la laguna de Cotapachi y cubrió el 30 por ciento del espejo de agua.

Se trata de la planta Lemna Minor, más conocida como “lentejuela”, que apareció en Cotapachi aproximadamente hace dos semanas y en pocos días se expandió en la superficie de la laguna.

Entre tanto, OPINIÓN tuvo acceso a dos informes que señalan que los niveles de agua en la laguna de Cotapachi están descendiendo rápidamente y que en pocos meses se secará.

Esos estudios, realizados por separado, confirmaron lo que todos temían, que Cotapachi se secará aproximadamente en septiembre, principalmente por la evaporación constante y la filtración acelerada.

Un documento anterior señala que el nivel del agua de la laguna desciende rápidamente, llegando a bajar hasta tres centímetros cada día.

A este factor se debe sumar que la época seca se extenderá los próximos tres meses y no existen afluentes que alimenten con agua la laguna.

El director de Desarrollo Productivo del Gobierno Municipal de Quillacollo, Milton Copa, explicó que el agua volvió a Cotapachi después de 10 años. En consecuencia, existen grandes filtraciones hacia los bolsones subterráneos y falta sedimento en la superficie de la laguna.

El Comité Cívico de Quillacollo, a través de un estudio ambiental, dirigido  por el biólogo Félix Mordaza Brankovic, también estableció que la laguna de Cotapachi se secará a principios de septiembre y recomendó tomar previsiones para la próxima temporada de lluvias.

El presidente del Comité Cívico de Quillacollo, Iván Herrera Escalera,  recomendó recurrir al apoyo externo para recoger experiencias similares de recuperación de lagunas y encarar con otro criterio el proyecto en 2018.

“La laguna se secará y es inevitable, así es la naturaleza, pero debemos volcar la página y tomar previsiones para hacer sostenible el proyecto de Cotapachi”, dijo.

Cuando OPINIÓN preguntó a la Alcaldía si el proyecto de recuperación de la laguna había fracasado, Copa respondió que no. “El proyecto está vigente y la inminente sequía de la laguna no detendrá la ejecución de este importante programa”, afirmó.

Para Copa, la recuperación de la laguna de Cotapachi no solo está relacionada con el agua, sino con un conjunto de elementos que serán manejados de manera integral.

“Desde el lanzamiento del plan de recuperación de la laguna se ha logrado, por ejemplo, detener con eficiencia el avasallamiento de las tierras”, recordó.

Sin embargo, la zona está descuidada y el sector noreste de la laguna está lleno de basura y es intransitable por el olor nauseabundo que provocan los residuos sólidos.

 

LENTEJUELA La “lentejuela” crece con tanta rapidez y eficiencia que puede provocar grandes daños, como es el caso de la laguna de Cotapachi, ya que aprovecha los nutrientes residuales de las plantaciones colindantes para su crecimiento de forma descontrolada.

Sin embargo, Copa explicó que la expansión de la planta acuática está controlada y que no hay riesgo de que se convierta en una “plaga”.

El subalcalde de Cotapachi, Lucio Montes, reconoció que intentaron erradicar las plantas acuáticas, pero fue una tarea imposible.

Montes también dijo que el plan de recuperación de la laguna es un proyecto integral  y que el agua es solo una parte del programa.

Anunció que se pretende construir una ciclovía alrededor de la laguna en los próximos meses, además de otros proyectos complementarios.

La laguna de Cotapachi se encuentra ubicada en el municipio de Quillacollo, detrás del cerro Cota, en la zona del Calvario.

El espejo de agua tiene una extensión de 117 hectáreas.