Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 29 de marzo de 2024
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LAS AUTORIDADES CONFIRMARON LA MUERTE DE UN TIRO DE MELVIN GUAITAN EN EL PETARE, EN CARACAS. LA CAPITAL AMANECIÓ EN MEDIO DE DISTURBIOS, SAQUEOS E INCIDENTES EN UN HOSPITAL INFANTIL.

Noche de furia y saqueos en Venezuela deja otro muerto

Noche de furia y saqueos en Venezuela deja otro muerto


En una nueva noche de furia y caos en Venezuela, con disturbios y saqueos, un hombre murió por una herida de bala durante una manifestación en el complejo de barriadas de Petare en Caracas, informó el alcalde.

"Con mucho dolor informo la muerte por impacto de bala deMelvin Guaitan, humilde trabajador vecino del Barrio Sucre #Petare", escribió en Twitter Carlos Ocariz, alcalde del municipio Sucre, donde queda este enorme barrio popular.

"Melvin fue asesinado en la entrada del Barrio 5 de Julio durante la protesta esta noche. Exigimos se investigue y castigue a los culpables!", añadió el edil, que milita en la oposición.

En las últimas dos semanas han aumentado las protestas contra la gestión del presidente Nicolás Maduro y la exigencia a que se convoquen las elecciones pendientes. La ola de manifestaciones y la brutal represión han dejado ya al menos nueve muertos en tres semanas.

La muerte de Guaitan se produce en el marco de una noche y una madrugada de disturbios que obligaron a evacuar un hospital en el que había ingresados medio centenar de niños, en un recrudecimiento de la violencia en el país.


Choques entre las fuerzas de seguridad y manifestantes radicales, lanzamiento de gases lacrimógenos, incendio de barricadas, detonaciones, ataques a negocios y bloqueos de vías se registraron en una decena de sectores del oeste y el sur de la capital, con mayor gravedad en El Valle.

Cincuenta y cuatro menores fueron evacuados del hospital materno infantil de El Valle, en confusos incidentes.

El gobierno afirma que bandas armadas "contratadas por la oposición" atacaron el centro, lo que motivó la evacuación. Sus adversarios sostienen, por el contrario, que el desalojo se debió a las bombas y gases lanzados por la militarizada guardia nacional para controlar los disturbios.

Por su parte, el gobierno acusó a dirigentes opositores de la violencia. "Esos delincuentes quieren vender que Venezuela es un caos (y) el país está en calma", manifestó Freddy Bernal, dirigente del gobernante partido socialista, al referirse a la oposición.

Los enfrentamientos y desórdenes ocurrieron al cierre de una jornada en la que miles marcharon en las calles del este de la capital y en otras ciudades para exigir elecciones generales, un día después de una gigantesca movilización de opositores que dejó tres muertos.

El gobierno y la oposición se responsabilizan mutuamente de las víctimas mortales, que ya suman nueve desde que estallaron las protestas el 1 de abril, además de cientos de heridos y de detenidos, según la ONG Foro Penal.

La alta tensión en Venezuela despierta inquietud internacional. Once naciones latinoamericanas, la Unión Europea, la Organización de las Naciones Unidas y organismos como Amnistía Internacional han pedido al gobierno venezolano garantizar las protestas pacíficas.

Estados Unidos y el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, quien tilda a Maduro de "dictador", han lanzado duras advertencias al gobierno chavista, al que acusan de "represión".

"La violencia en Venezuela es alentada por Almagro y los gobiernos alineados con planes intervencionistas del Departamento de Estado de Estados Unidos", dijo la canciller Delcy Rodríguez, al referirse a lo ocurrido en la noche y la madrugada.

Un fallo de la Corte, el disparador

Las protestas se desataron tras sentencias del máximo tribunal que retiraron la inmunidad a los diputados y se adjudicó las funciones del Parlamento, único poder público controlado por la oposición. La presión internacional llevó a la anulación parcial de los fallos.



Maduro, cuyo mandato termina en 2019, asegura que la "derecha extremista venezolana" busca darle un golpe de Estado con el apoyo del gobierno de Donald Trump. Pero la oposición insiste en que busca sacarlo del poder por la vía electoral.

Las elecciones de gobernadores debieron realizarse en 2016, pero fueron suspendidas y aún no tienen fecha, las de alcaldes están pautadas para este año y las presidenciales para diciembre de 2018.

Aunque Maduro dice estar ansioso por medirse en elecciones con la oposición, ha descartado un adelanto de las presidenciales y le pide a sus adversarios dialogar y abandonar "la agenda golpista".

Según las encuestas, siete de cada diez venezolanos reprueban el gobierno, asfixiados por una severa escasez de alimentos y medicinas, y una inflación que el FMI estima en 720,5 por ciento este año, la más alta del mundo.

Manteniendo la presión, los dirigentes opositores convocaron el jueves a nuevas protestas: "la marcha del silencio" hacia las sedes de la Conferencia Episcopal en todo el país, el sábado, y "el trancón nacional", un bloqueo de vías, el lunes.