En la ciudad de El Alto, dos hermanitos, de cinco y cuatro años, perdieron la vida luego de ingerir veneno para perros que confundieron con caramelos, informó ayer el director de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC), coronel Jaldibeck Escóbar.

Según el informe oficial, la madre está desconsolada y relató a la Policía que el domingo salió de su vivienda unos minutos, para ir a la tienda a hacer unas compras. Dejó a los niños entretenidos en la casa y pensando que no valía la pena llevarlos porque estaban distraídos con un juguete. Sin embargo, al retornar a su hogar vio a sus hijos extremadamente pálidos y les preguntó qué les había pasado, creyendo que se habían asustado. Los niños respondieron que habían encontrado “caramelos” en una bolsita y los habían masticado, pero ahora les dolía el estómago.

Inmediatamente, la madre se dio cuenta que la bolsa que los pequeños encontraron era un veneno en grageas que ella misma había comprado.

Desesperada, llevó a los niños al hospital Jesús Obrero, con la esperanza de que un lavado gástrico salvaría la vida de sus hijos. Pese a que los médicos los sometieron al procedimiento rápidamente, el daño fue irreversible y los niños fallecieron.

El jefe policial manifestó que este caso debe servir como reflexión a los padres de familia, para que cuiden de no dejar al alcance de los niños sustancias venenosas, detergentes y otros tóxicos cuya ingestión puede causar tragedias. “Esta madre está destrozada. Bastaron unos minutos para que su vida se convierta en una pesadilla”.

Descuido fatal

La madre había comprado veneno en grageas y no guardó la bolsa en un lugar fuera del alcance de sus niños.