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  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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Víctor Paz, la Revolución y el MNR

Víctor Paz, la Revolución y el MNR
Este pasado domingo se conmemoraron 65 años de la Revolución Nacional del 9 de abril de 1952, así como en junio se recordarán 75 años de la fundación del Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) y el 2 de octubre se cumplirán 110 años del natalicio del principal líder de ese partido, Víctor Paz Estenssoro. Estas fechas redondas dan pie a la rememoración de un periodo histórico conducido por un líder político que, con muchas luces y otras tantas sombras, modificó los destinos del país.

El 7 de junio de 1942, Víctor Paz Estenssoro fundó el MNR, partido de enorme trascendencia en la historia boliviana. Exactamente 59 años después, el 7 de junio de 2001, el autor de la célebre frase “Bolivia se nos muere” dejaba este mundo, aquejado por males propios de la vejez.

“El pueblo despide al gran político” fue el titular de OPINIÓN un día después. Y el adelanto de un Informe Especial de ocho páginas resumía, con gran capacidad de síntesis, el legado del político tarijeño: “Paz Estenssoro será recordado por las reformas políticas y sociales que surgieron luego del 9 de abril de 1952, cuando era el líder indiscutible del MNR. Y por haber iniciado las reformas neoliberales en 1985, con la promulgación del Decreto Supremo 21060 que cambió las reglas del juego de la economía y el rol paternalista del Estado”.

Fiel a su costumbre, el matutino profundizó en contenidos analíticos e interpretativos. Ejemplo de ello fue la apertura “La obra revolucionaria de Víctor Paz Estenssoro”, en la que se expusieron revelaciones del cuatro veces Presidente de Bolivia, extractadas del libro “Conversaciones de Víctor Paz Estenssoro”, de Eduardo Trigo O’Connor d’Arlach, que fue publicado en diciembre de 1999 y distribuido junto a una edición de OPINIÓN. “El propósito cardinal de mi primer Gobierno —dijo Paz para la obra— fue modificar, fundamentalmente, la estructura económica y social con la liquidación del poder minero-feudal mediante la nacionalización de las minas y la reforma agraria, lo que permitió una distribución más justa del ingreso nacional y la vigencia de un plan para el desarrollo y la diversificación de la economía”. Pero además se recogieron las reacciones que mostraban todos los perfiles del líder: “El verdadero actor de los cambios no fue él, sino el pueblo. Paz mostró su verdadera cara y fue la cara de ese personaje que participó en el golpe de Estado en 1971 junto a Banzer, y el que emitió el 21060 en 1985, que es la madre de todas las desgracias de este país”, recordó el dirigente fabril Óscar Olivera.

El entonces diputado cocalero y de cierto modo heredero de la Revolución, Evo Morales, destacaba que “lo más destacable del exmandatario fue la insurrección armada del 52 que nacionalizó las minas, recuperando los recursos para el país, además del voto universal y la reforma agraria”. Y el delfín de Paz, Gonzalo Sánchez de Lozada, se lamentaba y adelantaba una promesa dudosa desde la perspectiva de la historia: “El doctor Víctor Paz fue el mejor hombre del país, por lo que seguiremos su ejemplo manteniendo la democracia”.

Señalando los claroscuros del personaje, el editorial del 9 de junio indicaba: “Paz Estenssoro ejecutó planes nacionales adecuados a las etapas en que tuvo que dirigir al país. Así como los hechos en el campo político no son unidimensionales, su valoración es múltiple y quizá contradictoria”. Y, hablando de claroscuros, OPINIÓN publicó semanas después el libro “Claroscuro”, sobre la vida del líder, prologado y compilado por Mariano Baptista Gumucio y con textos de personalidades como Augusto Guzmán, Joaquín Aguirre Lavayén, Walter Guevara Arze y Juan Lechín Oquendo.