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  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
  • Actualizado 09:52

INNOVACIÓN Y FINANZAS

La banca y el espíritu emprendedor

La banca y el espíritu emprendedor
La banca nacional se ha convertido en una industria intensiva en capital. En la última década, los bancos han hecho importantes inversiones en tecnología de la información y comunicación, nuevas plataformas informáticas, apertura de sucursales y agencias, e instalación de cajeros automáticos, con el objeto de dar un mejor servicio y llegar a más clientes, a lo largo y ancho de todo el país, como parte de su estrategia comercial y de bancarización. La mayoría de los bancos múltiples ha renovado sus plataformas informáticas y están instalando fábricas de créditos para procesar sus operaciones con costos más bajos y un mayor volumen de transacciones, con la visión de que, en mercados maduros, gana quien tiene ventajas en costos, dispone de productos innovadores y posee mayores redes de distribución.

Sin embargo, estas inversiones del sistema financiero, por el ritmo acelerado de crecimiento, no están siendo acompañadas por una política adecuada en la gestión integral de los recursos humanos. Se nota un deterioro, tomando en cuenta que, en esta industria, la calidad de los servicios, la adecuación de los productos/servicios y las órdenes que se procesan dependen de quienes intervienen y se relacionan con los clientes, es decir, de los empleados que están en contacto directo con ellos. Este hecho se puede percibir por el creciente número de quejas a la ASFI y la alta rotación de personal en la banca.

Por eso, es pertinente a estas alturas cuestionarse cómo afrontar el crecimiento futuro de la banca y la gestión de sus recursos humanos, si es mejor bajo el modelo tradicional “por objetivos” o, más bien, apostar por un nuevo modelo basado en los “valores”. En el modelo tradicional, los empleados tienen objetivos que cumplir anualmente, para posteriormente ser evaluados y ver su grado de cumplimento para ser promocionados o recibir algún tipo de compensación adicional. En este modelo, muchas veces la presión y la rutina pueden perjudicar el desempeño de los empleados que se ven limitados. El modelo puede tener más bien un efecto contrario al que se busca alentando la rotación de personal.

En un mercado maduro, altamente competitivo y con márgenes financieros que se tienden a estrechar, la alternativa es gestionar los recursos humanos bajo el modelo de valores. Uno de los pilares es la confianza y el espíritu emprendedor. La clave es crear un ambiente de libertad para que surja la iniciativa y que se encuentren soluciones más creativas.

Por mi experiencia en la banca, soy un convencido de que, cuando se siembra el espíritu emprendedor y se crea un ambiente que motiva la innovación, la respuesta de los empleados es altamente positiva. Aflora el talento y son capaces de percibir las oportunidades del mercado o los problemas de la organización, planteando soluciones creativas como nuevos productos/servicios, nuevos modelos de negocio o mejoras en los procesos. Después de esta etapa, continúan con la implementación y ejecución de estas iniciativas para llegar al mercado. En último término, las iniciativas pueden convertirse en éxito o fracaso. Todo depende del esfuerzo, la ilusión que se ponga en el trabajo y la perseverancia para alcanzar las metas y objetivos propuestos.

Los bancos se distinguen por la calidad de sus empleados, y ellos desean que su trabajo tenga sentido, retos y sueños. Es hora de sembrar el espíritu emprendedor y descubrir el talento en la banca. Recordemos la frase de Víctor Hugo: “Las ilusiones sostienen al hombre; las alas, al pájaro”.