Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 18 de abril de 2024
  • Actualizado 23:03

El gendarme mundial al ataque

El gendarme mundial al ataque
Con horror y estupor, el mundo vio esta semana a un grupo de hombres y mujeres, niños y niñas entre ellos, retorcerse en el suelo, sin que nadie preste una ayuda adecuada, padeciendo los efectos de lo que se presume eran armas químicas. Las imágenes difundidas por internet y medios masivos correspondían a Siria, país que desde hace seis años vive una devastadora guerra civil que ya se ha cobrado miles de víctimas.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) confirmó el viernes que, tras el ataque químico del pasado martes en la localidad siria de Jan Shijún, en la provincia de Idleb, fallecieron 84 personas y resultaron heridas otras 546. "A fecha del jueves, habían fallecido 84 personas y 546 resultaron heridas en Idleb", señaló el portavoz de la OMS Tarik Jasarevic, según la agencia EFE. El portavoz del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), Christoph Boulierac, sostuvo que de los fallecidos al menos 27 eran niños. 74 pacientes fueron trasladados a Turquía, de los que 34 mostraron "síntomas consistentes con una exposición a químicos tóxicos y otros 40 fueron tratados de heridas diversas y otras enfermedades", explicó.

Esta atrocidad, que mereció la condena del planeta, fue achacada por Estados Unidos, sin tener pruebas que así lo acrediten, al Ejército sirio que intenta recuperar el control del país y es comandado por el presidente Bachar al Asad. Por ello, el orbe a continuación fue testigo de otro acto de horror. La noche del pasado jueves, el jefe de Estado de EEUU, Donald Trump, ordenó el lanzamiento, desde dos destructores estadounidenses, de 59 misiles guiados Tomahawk contra una base aérea militar en la provincia de Homs, en la primera acción militar directa en Siria.

El portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, aseguró que la acción militar era "justificada" debido a la importancia de defender la seguridad nacional e intereses estadounidenses en Oriente Medio, así como "por el obvio componente humanitario". Los misiles impactaron contra objetivos en la base aérea siria de Shayrat, después de un proceso de decisión que se inició el martes horas tras el ataque en Jan Shijún, en una zona bajo control de la oposición.

La acción tomada por Estados Unidos fue recibida positivamente por aliados como Reino Unido o Alemania, mientras que Rusia, a través de su presidente, Vladimir Putin, lo calificó de "agresión" que amenaza el incipiente deshielo entre el Kremlin y la administración de Trump. El Presidente ruso "considera que los ataques estadounidenses en Siria son una agresión contra un Estado soberano y una violación del derecho internacional, por si fuera poco, con un pretexto inventado", dijo Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin.

Ahora bien, nadie que esté en su sano juicio podría avalar ni la última ni ninguna de las atrocidades que se vienen cometiendo en Siria. Estos crímenes de lesa humanidad deben merecer no solo la condena, sino la acción inmediata de los estados para pararlos y llevar a sus responsables ante la justicia internacional. La barbarie, sin embargo, no puede ser respondida con más barbarie. De ese modo, son también muy lamentables los ataques perpetrados por el Gobierno de Trump, cuya acción unilateral es tomada como si su país fuera un gendarme mundial al que nadie ha nombrado oficialmente.

¿Por qué Estados Unidos sigue pensando que tiene no solo el derecho sino el deber de pasar por alto la soberanía de las naciones? Bolivia, uno de los miembros no permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU y que fue el que solicitó su convocatoria el pasado viernes, fue también uno de los países más duros con EEUU, al que acusó de "violar" la legalidad internacional y de convertirse con su ataque en "fiscal", "juez" y "verdugo". Este es un criterio que compartimos.