UN POCO DE SAL
Memoria de una singular libertad
06 de abril de 2017 (20:01 h.)
En los próximos días, haremos un alto en nuestras tareas cotidianas por los feriados de Semana Santa. ¿Qué significado pueden tener todavía, para una sociedad laica y plural, esos festejos y rituales, más allá del valor cultural de la tradición?
Personalmente, destaco el hecho de que, detrás de tanta parafernalia y ritual, está presente la memoria de una singular libertad, la memoria de Jesús de Nazaret. Presente, a contracorriente y a pesar de las pesadas instituciones religiosas que pretenden monopolizarla. Es la provocadora memoria de un campesino sin tierra, artesano itinerante, con unas prácticas y palabras que suscitaban en la gente una vigorosa conciencia de su dignidad y, por ello, altamente amenazantes para los poderes establecidos. A causa de ello, fue ejecutado de manera ignominiosa por los poderosos de su tiempo. ¿Qué significado relevante puede quedar de esa memoria para las generaciones actuales?
Planteo la pregunta con plena conciencia de la crítica social al rol de las instituciones religiosas cuando se convierten en poder y pretenden tener influencia social y política para imponer sus argumentos cavernarios. ¿Todavía se puede esperar de las religiones una palabra creíble de libertad para las generaciones de hoy? El poderoso influjo que aún tienen los líderes religiosos, por ejemplo, en el debate sobre la despenalización del aborto, parece decir que no. Muchos pensamos que es un discurso que refuerza la opresión hacia las mujeres, pues está anclado en el patriarcado, es decir, en una indefendible ideología que da legitimidad a la opresión de las mujeres por los varones. Encapsulado en esta ideología, el discurso religioso sobre el aborto no toma en cuenta los argumentos de las mujeres cuando demandan emancipación y derecho a decidir en lo concerniente a sus cuerpos, para salvar vidas. ¿Pueden tener todavía las religiones algo relevante que decir a las más lúcidas conciencias de libertad, en nuestras sociedades modernas?
Recordando la historia de aquel artesano itinerante, los entrañables testimonios de su vida hermosamente libre y profundamente humana, pienso que aún esa memoria puede ser fuente de inspiración, esperanza y ánimo para muchas luchas actuales, muchas aspiraciones de libertad y de justicia.
Personalmente, destaco el hecho de que, detrás de tanta parafernalia y ritual, está presente la memoria de una singular libertad, la memoria de Jesús de Nazaret. Presente, a contracorriente y a pesar de las pesadas instituciones religiosas que pretenden monopolizarla. Es la provocadora memoria de un campesino sin tierra, artesano itinerante, con unas prácticas y palabras que suscitaban en la gente una vigorosa conciencia de su dignidad y, por ello, altamente amenazantes para los poderes establecidos. A causa de ello, fue ejecutado de manera ignominiosa por los poderosos de su tiempo. ¿Qué significado relevante puede quedar de esa memoria para las generaciones actuales?
Planteo la pregunta con plena conciencia de la crítica social al rol de las instituciones religiosas cuando se convierten en poder y pretenden tener influencia social y política para imponer sus argumentos cavernarios. ¿Todavía se puede esperar de las religiones una palabra creíble de libertad para las generaciones de hoy? El poderoso influjo que aún tienen los líderes religiosos, por ejemplo, en el debate sobre la despenalización del aborto, parece decir que no. Muchos pensamos que es un discurso que refuerza la opresión hacia las mujeres, pues está anclado en el patriarcado, es decir, en una indefendible ideología que da legitimidad a la opresión de las mujeres por los varones. Encapsulado en esta ideología, el discurso religioso sobre el aborto no toma en cuenta los argumentos de las mujeres cuando demandan emancipación y derecho a decidir en lo concerniente a sus cuerpos, para salvar vidas. ¿Pueden tener todavía las religiones algo relevante que decir a las más lúcidas conciencias de libertad, en nuestras sociedades modernas?
Recordando la historia de aquel artesano itinerante, los entrañables testimonios de su vida hermosamente libre y profundamente humana, pienso que aún esa memoria puede ser fuente de inspiración, esperanza y ánimo para muchas luchas actuales, muchas aspiraciones de libertad y de justicia.