Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
  • Actualizado 11:53

Una renuncia digna

Una renuncia digna
El periodista boliviano Pedro Rivero Jordán, director del diario cruceño El Deber, presentó ayer su renuncia irrevocable al cargo de vicepresidente regional de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), se informó en el señalado matutino. El motivo de la determinación de Rivero es que, pese a su expresa solicitud, la señalada organización no se pronunció sobre los abusos de los que fueron víctimas reporteros de nuestro país cuando intentaban cumplir con su trabajo en Chile. La dimisión es por ello un acto que consideramos digno, valiente y encomiable.

Entre los días 24 y 28 de marzo pasado, trabajadores de diferentes medios de la prensa nacional sufrieron intimidación por parte de funcionarios chilenos. En un primer caso, Migración retuvo a una periodista y un camarógrafo del canal estatal Bolivia TV, en la ciudad de Iquique, siendo el segundo obligado a volver a Bolivia y la primera a firmar un compromiso para no efectuar su labor, bajo el justificativo de que ambos no tenían visas específicas para aquello. Los enviados de la televisora buscaban conocer de primera mano la situación de los nueve compatriotas que días antes fueron detenidos en el vecino país, acusados de delitos que el Gobierno boliviano ha negado y desmentido. La segunda arbitrariedad la sufrió otro grupo de reporteros connacionales que viajaban en el vuelo inaugural de la aerolínea Latam entre Santa Cruz y Santiago. En la terminal de llegada, los comunicadores fueron trasladados hasta una oficina en la que les obligaron a firmar documentos sobre la labor que cumplirían en Chile, así como un compromiso de “buen comportamiento”.

"Mi renuncia ha sido motivada por el tratamiento inadmisible (que la SIP) diera al caso de los periodistas bolivianos maltratados, humillados e impedidos torpemente de realizar su tarea en las ciudades de Iquique y Santiago (Chile)", dice un fragmento de la misiva enviada por Rivero al presidente de la SIP, Mattew Sanders. "Pese a su gravedad, este episodio no fue registrado en el informe del representante chileno. Estuvo incluido, en cambio, en el informe ´país por país´ correspondiente a Bolivia por tratarse del peor atentado a la libertad de prensa y de expresión ocurrido durante el primer trimestre del año".

Y hay un fragmento que nos llama la atención particularmente: “Tras la única objeción del representante del mayor holding de medios de comunicación de Chile presente en la Reunión, el ‘presidium’ de la SIP (…) sorpresiva e inapropiadamente, sometió a votación ambas posturas. De ese modo, la SIP pasó por alto un flagrante ataque contra periodistas y medios de comunicación que dice defender”. Podríamos estar equivocados, pero da la impresión de que tales palabras denuncian que en la organización más pesaron intereses empresariales que los de la defensa de la libertad de expresión. No deja tampoco de ser contradictorio que, precisamente fruto de la reunión en la que se trató el tema, efectuada en Guatemala a inicios de mes, la SIP denuncie que "los enemigos de la prensa libre" crecen, casi sin excepción, en países como Cuba, Venezuela Bolivia, El Salvador y Estados Unidos. Al respecto, ya en años pasados un artículo firmado por Antonio Guillermo García Danglades señalaba: “La SIP es quizás la única federación de empresarios cuyo sindicato es representado por la misma élite que domina la producción, mano de obra y propiedad intelectual de lo que sus trabajadores producen. Resulta paradójico que el mismo grupo de dueños de medios sea el que asuma la representación de periodistas y consumidores al erguirse como defensor de la labor periodística y la libertad de expresión, cuando en realidad solo velan por sus intereses capitalistas”.