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Los hombres de abril

Los hombres de abril
Este domingo se recordará un aniversario más de la Revolución Nacional del 9 de abril de 1952. Aunque ha sido criticada, es innegable que ha significado un momento importante en nuestra historia, le ha dado un nuevo rumbo al país y los cambios iniciados entonces han sido los generadores de los que actualmente estamos viviendo.

La Revolución del 52 no ha sido una acción realizada apresuradamente, sino el resultado de un largo proceso político y reflexivo sobre la historia de nuestro país: su pasado colonial, su presente oligárquico feudal y su futuro democrático. Los protagonistas del proceso fueron jóvenes de gran estatura intelectual y política, entre ellos Víctor Paz Estenssoro, Hernán Siles Suazo, Carlos Montenegro, Augusto Céspedes y Wálter Guevara Arze.

Víctor Paz era ya diputado nacional a sus 31 años. Dicen que era un orador sin par. De hecho, sus discursos parlamentarios fueron publicados durante su primer Gobierno (1952 - 1956). A sus 35 años, junto a otros jóvenes políticos, entre ellos José Cuadros Quiroga, fundó el MNR (Movimiento Nacionalista Revolucionario), el partido político más importante de la segunda mitad del siglo XX en nuestro país, y vigente en la actualidad. Contaba con 46 años cuando fue electo Presidente en 1951, cargo que asumió después de la Revolución. Su último mandato presidencial lo asumió en 1985, cuando tenía 78 años, y a sus 82 entregó el mando democráticamente a Jaime Paz Zamora. Fue un hombre que tenía la política en las venas, grandes recursos de liderazgo y una capacidad de manejo estatal que lo hicieron el estadista más importante de nuestra historia. Una de las cualidades que sus copartidarios admiraban de él era su gusto por el estudio. Paz, leía, leía y estudiaba, un buen ejemplo para los políticos actuales.

Carlos Montenegro era tal vez el menos conocido del grupo, pero no el menos importante. Murió en 1953, apenas un año después de la Revolución. Tenía 50 años. Fue uno de los principales ideólogos del MNR. Su libro “Nacionalismo y coloniaje” marcó una nueva forma de interpretar la historia y la realidad nacional, y trazó un nuevo horizonte político para el país.

Augusto Céspedes (el Chueco) también formó parte de los fundadores del partido del 52. Su experiencia como corresponsal en la Guerra del Chaco y sus libros, entre los que resalta “Sangre de mestizos”, influyeron en la visión de un país mestizo al que nos acercamos con la Revolución.

Wálter Guevara Arze tenía 34 años cuando publicó el “Manifiesto de Ayopaya”, en 1946, texto fundamental para comprender la ideología movimientista. Fue un gran estratega económico, centrado y equilibrado.

Hernán Siles Zuazo, el hombre que dirigió la Revolución, tenía 39 años durante los días de abril; 43 cuando asumió la Presidencia en 1956; y 72 cuando dejó su último mandato a Paz, en 1985. Fue un hombre valiente, leal, demócrata.

Todos ellos soñaron un nuevo país cuando aún eran jóvenes. Reflexionaron, publicaron y actuaron políticamente, sabedores de llevar una responsabilidad histórica, la de crear una nueva Bolivia, la de ofrecer otro futuro sobre todo a la población campesina. Indudablemente, como todos, tuvieron luces y sombras. Sin embargo, corrieron el riesgo y nos dejaron un país en camino, que avanza, que se ve a sí mismo. La vida pasa rápidamente y, aunque no todos están llamados a la política, cada uno, desde su propia realidad, está llamado a dejar un país mejor a las generaciones venideras. ¡Gracias, recordados hombres de abril!