De abatimiento, es el estado de ánimo del magistrado suspendido del Tribunal Constitucional, Gualberto Cusi, porque no tiene trabajo y continúa un juicio en su contra que considera injusto. Piensa en otro país donde pueda realizarse como ser humano, ya que condiciones no encuentra en Bolivia.

Cuando se le pregunta ¿A dónde piensa irse? Cusi responde: “No sé. Imagínese, ni siquiera trabajo puedo conseguir. Ni siquiera puedo tener comida en el día. No hay vida para mí en Bolivia”, comenta después de que el Tribunal de Sentencia (Senado) declaró un receso en el juicio hasta mañana.

El magistrado suspendido manifiesta que se siente desanimado porque su madre y su familia prácticamente son el sustento de su vida en el día a día, porque desde que fue suspendido sin goce de haber no pudo conseguir un trabajo, y a ello se suma su delicado estado de salud.

“Bueno, buscaré otro lugar donde realizarme como ser humano, como persona, porque aquí no”, afirma Cusi, quien dice que no es posible tener calidad de vida en Bolivia, porque el aparato gubernamental controla todas las instituciones.

Gualberto Cusi es enjuiciado en el Tribunal de Sentencia (Senado) por los presuntos delitos de incumplimiento de deberes, prevaricato y resoluciones contrarias a la Constitución y las leyes, por haber dejado en suspenso la aplicación de la Ley del Notariado.

La Cámara de Diputados lo suspendió en 2014 sin derecho a percibir un salario. En el juicio en el Senado se lo apartó del proceso por su estado de salud y este año se reinstaló el juicio en su contra.

“¿De dónde piensa el Gobierno que voy a vivir? quizás es preferible morir, pero antes de morir quiero buscar una esperanza de vida en otro lado, no sé dónde. Pero en Bolivia no”, afirma.

“Necesito ganar plata para vivir, para satisfacer mis necesidades”, añade el magistrado suspendido, quien lamenta que la justicia solo sea efectiva para algunos, porque cuando denunció al exministro de Salud, Juan Carlos Calvimontes, el Ministerio Público declaró que no procedía.

Calvimontes reveló la enfermedad que padece el magistrado Cusi, a pesar de que existen normas que prohíben que se haga público la situación clínica de una persona.