Opinión Bolivia

  • Diario Digital | miércoles, 24 de abril de 2024
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PARALAJES

Ciencia y (post)humanismo

Ciencia y (post)humanismo
1. Estamos en una era en la que el mundo desaparece de continuo.

2. Es el precio que pagamos por el cambio acelerado, frenético.

3. No es deseable no saber a qué atenerse, vivir en permanente estado de perplejidad. No es benéfico para el ser humano, en lo que tiene propiamente de humano. No es sano.

4. Hay quienes se adaptan muy bien a la realidad de un mundo desbocado, inestable, y que de veras lo disfrutan. Pero en tal caso, ellos inauguran un nuevo tipo de humanidad, o de posthumanidad.

5. Por tales motivos, un izquierdista radical, Santiago Alba Rico, dice que en nuestro tiempo es necesario ser: revolucionario en lo económico, reformista en lo político y conservador en lo antropológico.

6. Ernesto Sábato decía que vivíamos una época en la que ser progresista era reaccionario y ser reaccionario podía ser progresista. Desde ya, esto carece de sentido para los que celebran los cambios, las novedades que trae “la tecnología”, etc.

7. Más allá de si vamos para mejor o peor, el caso es que es muy difícil predecir el rumbo que habrán de tomar los cambios culturales inducidos por el cambio tecnológico.

8. La tecnociencia, especialmente la orientada al consumo, tiene un influjo mucho mayor en el cambio cultural que todas las políticas públicas juntas.

9. Los humanos nos preguntamos incesantemente qué somos, quiénes somos, de dónde venimos, a dónde vamos. Somos, acaso, la única especie animal fascinada por su propio origen (animal).

10. Empero, no es seguro que en un contexto de posthumanidad esta clase de preguntas tengan demasiada importancia, salvo como curiosidad científica o histórica, por tanto frívolamente.

11. El posthumanismo celebra(rá) la caducidad del hombre, pero bien puede querer entender cómo es que esta ocurre, va ocurriendo u ocurrirá.

12. Es interesante constatar que los biólogos que se dedican a reflexionar sobre el hombre suelen tener en cuenta la dimensión sociocultural. Aún más, les fascina; mas también quieren saber qué es lo que subyace, por debajo, valga la redundancia, de toda la vistosa variedad; cómo es que el hombre moderno está emparentado con el hombre arcaico.

13. Algo similar quiso lograr el estructuralismo en su momento, pero desde una óptica muy distinta. Analizando los órdenes de significación, los productos de la superestructura, y asumiendo un punto de vista privilegiado (sub specie aeternitatis), pretendía encontrar las leyes abstractas, generales, los invariantes, de la cultura. En el fondo se trataba del proyecto hegeliano: dilucidar las leyes del espíritu.

14. Hoy esto puede parecer naíf. Aún más, muchos humanistas y culturalistas, a menudo de manera secante y hostil, niegan la importancia de la dimensión biológica para identificar y comprender lo que es fundamental y específicamente humano.

15. Son enfáticos respecto a su materialismo (usualmente desde fuera del marxismo, pero influidos por él). Aluden a la “materialidad” y al “cuerpo”, pero su desconfianza hacia la biología y las ciencias es tal que desmiente tal pretendido materialismo y los sitúa netamente en el campo idealista.

16. No creo en la omnisciencia de la razón, pero creo menos en los que la consideran innecesaria o, todavía peor, fascista.