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  • Diario Digital | jueves, 25 de abril de 2024
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BITÁCORA ECONÓMICA

El futuro de la productividad

El futuro de la productividad
La mayor abundancia de bienes y servicios de la que disponen actualmente los seres humanos es sin duda mayor a la que disponían nuestros antepasados en la larga Era Agraria, comprendida entre los años 7000 a.C. y 1500 d.C. Se estima esa abundancia en aproximadamente entre 20 a 25 veces, lo que nos hace más ricos que el emperador romano Alejandro el Magno o el rey de Inglaterra Jacobo Estuardo.

Pero, no solamente es la abundancia la que señala una diferencia sustancial entre nuestra civilización actual con las del pasado, sino la inmensa variedad de nuevos bienes y servicios de la que hoy disponemos. Por ejemplo, hoy podemos adquirir antibióticos relativamente baratos a los que el magnate de principios del siglo XIX Nathan Mayer Rothschild jamás pudo acceder, y que probablemente le hubieran salvado la vida y hubieran impedido que muera de una infección por un absceso antes de haber cumplido sus 60 años. ¿Cuánto de su riqueza hubiese estado dispuesto a ceder Rothschild por contar con dicha medicina? Tal vez toda. Otro invento muy importante de la actual década es el smartphone que nos permite registrar y guardar direcciones, números de teléfonos, imágenes, notas y demás. Eso es notablemente superior a un “nomenclador”, que era un esclavo encargado de memorizar nombres y caras para recordárselos al gobernante cuando ocasiones sociales lo exigieran, y que solo un aristócrata rico del Imperio romano podía comprar.

Sin duda alguna, la innovación y la variedad, como también la mayor productividad, son las responsables directas de esta mayor abundancia. Inventos como los automóviles, la energía eléctrica, el inodoro, las comunicaciones a larga distancia y la informática, entre otros, nos permiten gozar de un mejor nivel de vida que en el pasado, sin obviar el grave problema de la desigual distribución de la riqueza a nivel mundial, reflejado en un 7 por ciento de la población mundial que vive con menos de 1.5 dólares diarios.

¿Cuánto más crecimiento podemos esperar? ¿Existen límites naturales para la innovación y la productividad?

El crecimiento de la productividad de la mano de obra se ha ralentizado de un 2 por ciento entre 1870 y 1970, a un 1.5 por ciento desde entonces. Sin embargo, las posibilidades de mejoras tecnológicas asociadas a incentivos corporativos para generar mayores márgenes beneficio auguran un impulso a una mayor variedad en la innovación. El límite natural, obviamente, es la capacidad del planeta Tierra para tolerar estas innovaciones, que deben ser afrontadas con una estrategia inteligente de sostenibilidad y conservación de la biodiversidad.