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  • Diario Digital | jueves, 25 de abril de 2024
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UN POCO DE SAL

Aborto, GLBT y familia

Aborto, GLBT y familia
Los conservadores insisten en que la despenalización del aborto y los derechos de las personas GLBT son una imposición de valores ajenos a la familia tradicional (patriarcal). ¡Y tienen razón! En vano los liberales tratan de convencerles de que nadie les obligará a ellos a abortar o a ser homosexuales. La despenalización del aborto significa el empoderamiento de las mujeres sobre su sexualidad, lo que debilita su actual subordinación. El reconocimiento de derechos de las personas GLBT implica la aceptación de las diversidades sexuales, lo que socava la norma heterosexual y la asimétrica división sexual del trabajo.

Sin embargo, cual Sísifo, los conservadores están condenados a empujar cuesta arriba —en vano— su proyecto cultural de defensa de la familia patriarcal. No tendrán éxito. Las bases materiales de este tipo de familia fueron desmanteladas hace rato. El Estado de Bienestar de pleno empleo en el “norte global”, junto con las políticas de industrialización a partir de la sustitución de importaciones en América Latina, que daban sustento a la familia nuclear asimétrica (padre proveedor y esposa dependiente y cuidadora), son cosa del pasado.

La “alternativa liberal” tampoco es viable. La diversidad de familias, tan celebrada hoy por los liberales, no es fruto ni del empoderamiento sexual de las mujeres ni del respeto de derechos de las personas GLBT. Familias uni y monoparentales, compuestas, extendidas y, en América Latina, familias desestructuradas por la emigración, son resultado de la precarización del trabajo. ¿Se necesita volver hacia atrás como pretenden ilusoriamente los conservadores? De ninguna manera. No se podrá construir una sociedad equitativa a partir de familias tradicionales y jerárquicas.

Asumiendo la despenalización del aborto en pro de un mayor empoderamiento de las mujeres y promoviendo la aceptación plena de las diversidades sexuales, se necesita ir más allá de la sociedad individualista de los liberales. Se requiere construir comunidades emancipadas, en relación armónica consigo mismas y con la naturaleza, basadas en familias equitativas, en las cuales no exista el control del cuerpo de las mujeres, y en las que la necesidad de abortar por embarazos forzados sea la reliquia de un pasado ominoso.