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  • Diario Digital | martes, 23 de abril de 2024
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CIUDAD SUSTENTABLE

Seguridad vial urbana

Seguridad vial urbana
Es un tema insoluto y pendiente para la sociedad cochabambina que, por su magnitud, complejidad y recurrencia, peligrosamente conlleva resignación, al puro estilo económico liberal de antaño de “dejar hacer dejar pasar”. Ningún conjunto de medidas ha logrado sostenibilidad. Primero, hay que entender que la seguridad social en todas sus expresiones no es ni puede ser permanente. Es algo “vivo”, dinámico y cambiante, como lo son todas las personas, las autoridades e instituciones, en el tiempo y en diferentes lugares. Por lo tanto, las medidas para alcanzar la seguridad vial urbana tienen que ser de esa naturaleza, es decir evaluadas diferenciadamente en el corto plazo, y modificadas o reemplazadas según corresponda.

Vivir la ciudad implica percibir la oscilante sensación se sentirse seguros e inseguros, unas veces en diferentes momentos del día en el mismo lugar, y otras en diferentes lugares, todo el tiempo.

Cochabamba, en términos de seguridad vial urbana, ofrece una realidad sui géneris. Prácticamente se han tomado casi todas las medidas que se conocen en este tema. Desde la señalética, la semaforización, etc., hasta el control físico por personal específico. Pero, las estadísticas demuestran una mayor presencia de “usuarios vulnerables” (peatones, motociclistas y conductores), compartiendo el mismo espacio público con toda clase de vehículos.

Quizás haga falta perfeccionar algunas medidas genéricas y específicas. Por ejemplo, fortalecer el liderazgo municipal en la convicción de que “la seguridad vial es una tarea colectiva”. Es preciso que se publiquen los resultados obtenidos en esta materia y se propicie el debate sobre las actuaciones municipales, a fin de obtener credibilidad y participación de la sociedad civil. Por otra parte, se debe ampliar la cobertura de control a las 24 horas de la jornada en determinadas vías y lugares, como sucede en otras ciudades. De noche, de madrugada, los fines de semana se deben visibilizar puestos de patrullaje. La población debe verlos y saber dónde están permanentemente disponibles. La presencia de una autoridad de seguridad en lugares clave inhibe comportamientos indeseables. Los costos de la prevención vial son infinitamente inferiores a los costos de la accidentalidad, más aún si se acepta el precepto de lo invaluable de la vida humana en el seno familiar. “Educad a los niños y no será necesario castigar a los hombres” (Pitágoras).