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  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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EL OJO DEL PUEBLO

Política pública del agua

Política pública del agua
En el último decenio, escuchamos anuncios de que, en 2025, el 99 por ciento de los habitantes de nuestro país estará con agua en su vivienda; estará regando cientos de miles de hectáreas. En estos dos años de gestión de la administración central y municipal, podemos señalar que estamos lejos de lograr ese propósito.

En los últimos días, en el caso de Cochabamba, se anunció: “Ante la falta de agua, retoman cuatro megaproyectos regionales”, “Ante la peor sequía que sufre el departamento de Cochabamba en 25 años, han resurgido cuatro megaproyectos para dotar de agua para consumo y riego a la región. Se trata de la tercera fase de Misicuni; Dobledero-Pasaje Mayu, planteado por la Gobernación; Corani-Valles por la Alcaldía de Cercado; y K’omer Khocha por el Valle Alto”.

Esta información nos da la señal de que no tenemos un norte en el tema de aprovechamiento hídrico en el departamento de Cochabamba. Ahora ofrecen proyectos que fueron estudiados hace 40 años. Lo más interesante es que supuestamente pueden ejecutarlos en dos años, y añaden presupuestos con respaldo poco serio. Por experiencia, sabemos por ejemplo que el caso Misicuni fase I-túnel demoró de 1991 a 2002; la fase II-presa, central hidroeléctrica y anexos va desde el 2007 y aún no se sabe cuándo estará a punto. El presupuesto inicial de estas dos fases era de 250 millones de dólares. Hoy siguen sin conclusión y ya van 430 millones de dólares, sin el componente de riego.

El detalle es importante, pero lo que nos preocupa como especialistas es la ausencia de una planificación ordenada del aprovechamiento de los recursos hídricos en Cochabamba. En emergencia, se deben plantear obras factibles y de impacto inmediato, con costos bien analizados, en plazos breves. No hay nada de eso.

Ante esta situación de desorden, los ingenieros eméritos de Cochabamba, con una experiencia de más de 40 años, planteamos, en el Foro del Agua en Tiquipaya (diciembre 2016), que era hora de que la Gobernación establezca una política de Estado del agua para Cochabamba.

Aún continuamos sin un norte. Esto nos recuerda al mago que saca palomitas de un sombrero. Nos sentimos frustrados. Lo peor es que hay agua en la cordillera y los administradores no pueden ejecutar obras de baja inversión para “recuperar agua que se pierde”, por incapacidad y negligencia. Y los yaku vende con sus cisternas siguen haciendo negocio con la sed y la salud del pueblo.