Cinco meses después de la celebración de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos, varias de las instalaciones que albergaron las competiciones en Río de Janeiro presentan un estado muy diferente al de entonces. 

Las autoridades locales han abandonado a su suerte los recintos que vieron en acción a deportistas como Michael Phelps, Rafa Nadal o Neymar. Esos escenarios son el Centro Acuático, la pista central de tenis o el estadio de Maracaná.

Preocupa sobre todo la situación del Centro Acuático. Por fuera, las lonas coloreadas que ocultaban la estructura de hierro del edificio, están medio caídas. Dentro de la instalación, la imagen es aún más desoladora. La piscina ha quedado reducida a charcos de agua.

Hace un mes, la red brasileña O Globo denunció a través de su página web con vídeos y fotos el abandono del Parque Olímpico. Entonces, el gobierno de Río argumentó que el cierre de instalaciones se debía al “proceso de desmontaje y mejora del equipamiento”.

Fuera del Parque Olímpico, el abandono también ha llegado a uno de los emblemas deportivos de Brasil: Maracaná. El estadio, que albergó la apertura y clausura de los Juegos, además de la final de fútbol, muestra cómo se han arrancado algunos asientos de la grada y cómo el césped ahora presenta abundantes calvas de tierra.