Al menos seis personas han muerto y más de un centenar resultaron heridas ayer después de que un terremoto de magnitud 6,7 grados en la escala abierta de Richter sacudiese la isla de Mindanao, en el sur de Filipinas. El temblor tuvo lugar a las 22.00 del viernes (14.00 GMT) con su epicentro en aguas 14 kilómetros al nordeste de la ciudad de Surigao, al extremo meridional de Mindanao, según el servicio sismológico filipino (Philvolcs), que no emitió alerta de tsunami.

Tras la tragedia, el Gobierno boliviano de Evo Morales manifestó sus condolencias y solidaridad a Filipinas por el terremoto.

"Expresamos al Gobierno filipino nuestro profundo pesar y hacemos votos para que la fortaleza de su pueblo permita superar estas pérdidas", indica la nota emitida por la Cancillería de Bolivia.

El terremoto, cuyo hipocentro se localizó a diez kilómetros de profundidad, había causado en principio cuatro muertos, al menos uno de ellos un menor, según indicó a la cadena CNN Filipinas la gobernadora de la provincia de Surigao del Norte, Sol Matugas.

Informaciones posteriores elevaron el recuento mortal a seis, tras el fallecimiento de dos ancianos, uno de ellos por infarto de corazón.

Del más de un centenar de heridos, 68 han sido ingresados en el hospital regional de Caraga, en el centro de Surigao, y 13 se encuentran en estado grave.

Perjuicios

El terremoto ha afectado a 11 localidades, en las cuales el suministro de electricidad ha quedado parcial o totalmente cortado.