Con la llegada de la aplicación para taxis Uber a las principales ciudades de Bolivia, se hace evidente el inicio de una transformación digital de las urbes a través de la tecnología, proceso que permitirá, vía estas aplicaciones y otras tecnologías, convertirlas en nuevas ciudades más habitables y amigables. Una característica de la sociedad del conocimiento son estas ciudades digitales donde las nuevas tecnologías, a partir de las telecomunicaciones y el internet, han provocado cambios significativos en el modo de trabajar, de aprender, de comunicarse, de pensar y de vivir afectando a toda la sociedad urbana.

Ciudades como Nueva York, Tokyo, Londres, París y otras iniciaron esta transformación digital hace mucho tiempo y hoy son las primeras ciudades inteligentes en el ranking. En Latinoamérica este proceso es relativamente reciente ya sea por procesos de planificación pero también por el impulso de empresas y aplicaciones transnacionales como Uber y Waze en materia de transportes, Airbnb en turismo, PayPal en medios de pago y otras, que han ingresado a urbes de la región por la presión de los usuarios y adelantándose a los marcos regulatorios (legal, impositivo, etc) que los gobiernos nacionales o municipales no han podido implementar por el desconocimiento de cómo regular un servicio innovador.

Para llegar a ser una ciudad digital o inteligente hay que avanzar en un proceso de mediano y largo plazo como el que se ha fijado Santa Cruz con su plan basado en cinco pilares fundamentales: la población, economía, medio ambiente, desarrollo social y tecnología. Con esa visión se han fijado tres grandes desafíos como la educación, la diversificación y la digitalización. En cuanto a la digitalización y el salto tecnológico, se propone hacer de Santa Cruz una ciudad inteligente en la que se apliquen tecnologías de información y comunicación para integrar y optimizar funciones urbanas tradicionales, reduciendo costos y mejorando la calidad de vida.

En ese sentido, la oportunidad que tienen nuestras ciudades bolivianas para avanzar en el proceso de digitalización es enorme, ahora que el proceso de creación de aplicaciones propias y externas está creciendo de manera acelerada. Es más bien hora de convertir en aliados a todas las empresas que llegan con aplicaciones que ya tuvieron éxito a nivel internacional como Uber o de los emprendedores que puedan desarrollar una aplicación para ayudar a la población en la variedad de necesidades y oportunidades que brinda una ciudad: sistemas de transporte, red de turismo y gastronomía, centros de salud, educación, seguridad ciudadana, consulta de trámites, sistemas de reciclaje, cuidado del medio ambiente, soluciones al embotellamiento del tráfico y parqueos y muchas otras más.

Como sabemos, Uber es una empresa norteamericana fundada el año 2009 y que ha tenido un crecimiento acelerado en todo el mundo. Actualmente, está en 450 ciudades de 70 países, de las cuales son 12 latinoamericanas. Tiene como afiliados a su red de socios a 1.5 millones de conductores en el mundo que realizan más de cinco millones de viajes en el mundo.

Es importante que, a la hora de evaluar el ingreso de Uber en otras ciudades del país, en su proceso de transformación digital se tome en cuenta que la población necesita un mejor servicio de transporte con mayor seguridad (monitoreo por GPS) y a menor costo (tarifario transparente para el usuario) y, además, con la oportunidad de generar empleo para aquellos ciudadanos que poseen una movilidad propia.

En hora buena la llegada de Uber a Santa Cruz, La Paz y, próximamente, a la ciudad de Cochabamba.