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  • Diario Digital | viernes, 29 de marzo de 2024
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SERENDIPIA

Sembrar nabos en la espalda

Sembrar nabos en la espalda
Que el abrelatas fue inventado antes que las latas; que Chaplin perdió un concurso en el que se imitaba a Chaplin o que Neil Amstrong tuvo que hacer un trámite de migración al regresar de la luna pueden ser hechos que, por lo absurdo, nos provoquen una sonrisa.

Sin embargo, que bombardearon nubes para que llueva en época de lluvias; que un niño nació, fue registrado, lo tuvieron en brazos y resulta que no existe; que un chofer ebrio conducía un bus que se accidentó en El Sillar provocando la muerte de ocho personas o que un avión se estrelló por falta de combustible dejando 71 muertos resulta inconcebible.

El conflicto entre la doxa (creencia u opinión del sentido común) y la episteme (conocimiento o ciencia) data de la época griega. La primera es una palabra que en griego es entendida como opinión. Platón criticaba la doxa, despreciando a quienes hacían del falso conocimiento y de la apariencia de sabiduría un medio de lucro personal o de ascenso social. Para Platón y Aristóteles, en cambio, la episteme es un concepto de conocimiento universal que es verdad por necesidad y se encuentra, para el primero, en el mundo de las ideas, en tanto que para Aristóteles es el resultado de un razonamiento lógico a través del silogismo.

La sociedad contemporánea en su recorrido por el dominio de la naturaleza a través de la razón instrumental, mediante la ciencia y la racionalidad lógica, ha incursionado a final de siglo, en una crisis o fallo de la modernidad tardía, que ha puesto en cuestión la racionalidad, llevándose consigo el sentido común.

Nos ha dejado la irracionalidad, el sinsentido, la pérdida de la intimidad y la exposición permanente como show; la incertidumbre, el desencanto y la ignorancia en todas sus formas, a pesar de la sobreexposición a la información.

Pero nada justifica que pretendan “sembrar nabos en las espaldas”, ni el que nos consideren descerebrados. El sinsentido, el absurdo o el sofisma reciclado son reconocidos y comprendidos por la ciudadanía, que está acumulando sus certezas y en cualquier momento explotará. El sentido común prevalece, pues es compartido por todos en una comunidad, por eso es considerado "común”.