Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
  • Actualizado 18:55

UN VIGILANTE DEL MUSEO FUE HERIDO CON MACHETE, POR UN HOMBRE QUE GRITÓ “ALÁ ES GRANDE”. EL SITIO FUE EVACUADO Y SERÁ REABIERTO HOY.

El ataque en el Louvre eleva sensación de miedo

El ataque en el Louvre eleva sensación de miedo

El ataque de ayer contra un grupo de militares que patrullaban en el acceso al museo del Louvre, el más visitado del mundo, tuvo un carácter terrorista y todo apunta a que fue cometido por un egipcio no fichado por la Policía y que entró con un visado de turista en Francia.

El agresor, que según el registro de su teléfono móvil tiene 29 años, se precipitó contra los agentes e hirió levemente a uno en el cuero cabelludo, casi una hora después de la apertura de la pinacoteca.

El hombre, cuya identidad no ha sido formalmente facilitada, llevaba dos machetes militares de 40 centímetros cada uno y dos sprays de pintura, pero ningún explosivo.

El fiscal de París, François Molins, detalló ante la prensa que la intervención de los agentes "puso fin a un acto terrorista", en el que el agresor, que recibió varios disparos, uno de ellos en el bajo vientre, se encuentra "entre la vida y la muerte".

El hombre, que se abalanzó contra los militares al grito de Allahu Akbar (Alá es grande), había entrado en Francia el pasado 26 de enero, tenía permiso de residencia emiratí y un billete de vuelta para este domingo.

En París, alquiló un coche y un apartamento que ha sido registrado y compró los dos machetes, pagados en efectivo por 680 euros. Su ataque, según indicó el presidente de Francia, François Hollande, refleja que "la amenaza sigue ahí y se le debe hacer frente". Su acción tuvo lugar en la explanada que hay frente al museo, antes de que pudiera penetrar en la galería comercial subterránea colindante, y obligó a evacuar la pinacoteca y a establecer un cordón de seguridad tras el que quedaron confinadas temporalmente cerca de 1.200 personas.

El último atentado en territorio de Francia sucedió el 26 de julio de 2016, cuando unos yihadistas mataron a un párroco en la iglesia de Saint Étienne du Rouvray (Normandía).

Desde enero de 2015, la oleada de ataques yihadistas se ha cobrado 238 víctimas mortales. El sospechoso del ataque de ayer publicó un último mensaje en su cuenta de Twitter en el que decía que "no hay paz en la guerra" ni tampoco "negociación posible", según el diario "Le Parisien".