Un viento frío o chiri wayra, como lo llaman en quechua los productores, es causante de un descenso de más de un 50 por ciento , en promedio, en la producción de durazno en el municipio de San Benito.

Un productor del Valle Alto Víctor Castro contó que “dos días de frío han sido suficientes para que esto pase”, señalando a su terruño donde se veían cerca de 300 durazneros, de los cuales menos de 100 tenían frutos.

De acuerdo a Castro, uno de los productores más afectados, el fenómeno sucedió durante el último trimestre de la gestión pasada, justo cuando los frutos atravesaban la segunda de tres etapas de desarrollo. Pero las consecuencias “recién se sienten”.

Luego de la floración de los durazneros y el inicio de la formación de los frutos, que se constituyen en la primera fase (aproximadamente en agosto y septiembre), continuaba la de endurecimiento de los duraznos, sin embargo, vino un viento frío que no dejó que los productos desarrollen más de dos centímetros de diámetro y pasen a su tercera y última etapa de crecimiento.

A tres meses del hecho, se puede ver a los durazneros colmados de diminutos frutos que algunos productores optan por sacarlos y tirarlos, porque “como son inservibles, solo chupan nutrientes de la planta”.

Los durazneros de Castro que “se salvaron del frío”, son los que fueron plantados en una especie de hilera entorno a su vivienda ubicada sobre la carretera hacia el Valle Alto. Lo que hace suponer que las paredes los protegieron de las fuertes corrientes de aire.

Esta especie frutal no debería estar expuesta por más de media hora a temperaturas por debajo de los 0 grados.

La temperatura mínima de crecimiento del árbol es ocho grados y la máxima de 40 grados. El rango de temperatura que se considera óptimo para el desarrollo de los durazneros fluctúa entre los 21 y los 27 grados.

Una comerciante que vende hace al menos cinco años en San Benito María Cabrera señaló que generalmente, en una sola temporada, recogía hasta tres veces durazno de cada una de sus plantas.  No obstante, ahora solo espera una cosecha.

AGUA Los productores descartaron que la escasez de agua en el departamento haya influido en la baja producción.

La mayoría de las casas de cultivo recorrida tenía su propio pozo de agua, de donde extraían el líquido elemento para regar los durazneros.

Solo en casos excepcionales dijeron que el nivel de agua de los pozos bajó tanto, que se estaba mezclando con salitre y dañaba a las plantas.

Esa especie no requiere riego continuo, solo dos veces al mes, en promedio.

MENOS PRODUCCIÓN A pesar de que la cosecha no fue buena, el precio no se alteró.

De acuerdo a los comerciantes de San Benito, la gestión pasada la caja de duraznos estaba entre 250 y 300 bolivianos y ahora está igual.

A diferencia de años pasados, sobre la carretera hacia el Valle Alto, a la altura de San Benito y Arbieto, no hay muchas vendedoras apostadas.

En el primer municipio, por ejemplo, había no más de cinco puestos de venta. Algunos no vendían de forma exclusiva duraznos, sino también otros frutos, considerando la falta de producción.

Las más optimistas aseguraron que a finales de febrero y principios de marzo habrá más oferta.

VARIEDADES Por ahora, la producción consta de cuatro variedades de durazno a costos que oscilan entre los 10, 15 y 20 bolivianos por cada kilogramo.

Se trata de fruto gomoso, almendra, leoncito y de partir. La última variedad hay en cantidades mínimas porque dicen que su producción no es rentable.

Cabrera contó que son muy “delicados y difíciles de cuidar”, lo que pone en riesgo la producción.

AYUDA Los productores del Valle Alto pidieron a las autoridades departamentales que les ayuden a salir de esta temporada baja dotándoles insecticidas y fertilizantes.