MIS CIRCUNSTANCIAS
Bolivianos por naturalización
01 de febrero de 2017 (20:01 h.)
Ante la pasividad generalizada, la Liga que controla el fútbol profesional incumple el artículo 144 de la Constitución Política del Estado que señala: “Podrán adquirir la ciudadanía boliviana por naturalización, los extranjeros en situación legal, con más de seis años de residencia ininterrumpida en el país, bajo la supervisión del Estado, que manifiesten expresamente su voluntad de obtenerla y cumplan con los requisitos establecidos en la ley”.
El Presidente de la Federación Boliviana de Fútbol (FBF), en septiembre del año pasado, con referencia
a este tema, declaró que se velaría por la restitución de sus derechos
a los bolivianos por naturalización.
Que se sepa, los dirigentes inmersos en la crisis del fútbol ni tocaron el asunto y se mantiene la disposición de siete jugadores nacidos en Bolivia por cada equipo en cancha.
La cuestión polémica genera puntos de ataque y defensa, a favor y en contra, para aumentar el número de jugadores, entre extranjeros y naturalizados.
¿Se acata o no la Ley 370 de Migración cuando establece que las personas migrantes que adquieren nacionalidad boliviana por naturalización, tendrán todos los derechos y obligaciones que las leyes reconocen a los bolivianos
de origen?
Más extranjeros naturalizados, “menos oportunidades para jugadores nacionales”, dicen los partidarios de la restricción, pero encontramos que México, con 120 millones de habitantes, tiene más jugadores naturalizados de países sudamericanos e inclusive de España. Tiene una norma de inscribir en planilla para cada partido nueve nativos y nueve entre extranjeros y naturalizados.
La República Popular de China, con más de mil trescientos millones de habitantes, es el que más jugadores extranjeros está contratando para subir su nivel de fútbol.
En el mundo empresarial del fútbol, todos buscan oportunidades laborales, considerando que la carrera es corta y los que llegan a Bolivia no son precisamente los más caros, por nuestra modesta economía, pero cumpliendo los 12 requisitos, tienen el derecho legal de ingresar como bolivianos que son, en cancha.
Sería ideal desarrollar a jóvenes talentos bolivianos, es más barato que contratar a extranjeros, pero se precisa de tiempo y paciencia, que no los tienen los dirigentes por la urgencia permanente de resultados inmediatos.
El Presidente de la Federación Boliviana de Fútbol (FBF), en septiembre del año pasado, con referencia
a este tema, declaró que se velaría por la restitución de sus derechos
a los bolivianos por naturalización.
Que se sepa, los dirigentes inmersos en la crisis del fútbol ni tocaron el asunto y se mantiene la disposición de siete jugadores nacidos en Bolivia por cada equipo en cancha.
La cuestión polémica genera puntos de ataque y defensa, a favor y en contra, para aumentar el número de jugadores, entre extranjeros y naturalizados.
¿Se acata o no la Ley 370 de Migración cuando establece que las personas migrantes que adquieren nacionalidad boliviana por naturalización, tendrán todos los derechos y obligaciones que las leyes reconocen a los bolivianos
de origen?
Más extranjeros naturalizados, “menos oportunidades para jugadores nacionales”, dicen los partidarios de la restricción, pero encontramos que México, con 120 millones de habitantes, tiene más jugadores naturalizados de países sudamericanos e inclusive de España. Tiene una norma de inscribir en planilla para cada partido nueve nativos y nueve entre extranjeros y naturalizados.
La República Popular de China, con más de mil trescientos millones de habitantes, es el que más jugadores extranjeros está contratando para subir su nivel de fútbol.
En el mundo empresarial del fútbol, todos buscan oportunidades laborales, considerando que la carrera es corta y los que llegan a Bolivia no son precisamente los más caros, por nuestra modesta economía, pero cumpliendo los 12 requisitos, tienen el derecho legal de ingresar como bolivianos que son, en cancha.
Sería ideal desarrollar a jóvenes talentos bolivianos, es más barato que contratar a extranjeros, pero se precisa de tiempo y paciencia, que no los tienen los dirigentes por la urgencia permanente de resultados inmediatos.