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MIRADAS ANTROPOLÓGICAS

Kuruyuki, 28 enero de 1892

Kuruyuki, 28 enero de 1892
Durante el Gobierno de Mariano Melgarejo se impuso el despojo de tierras que destruyó sistemáticamente comunidades originarias. La historia de la conquista de la cruz y la espada es bien conocida. La injusticia contra los indígenas es bien sabida. Masacres durante la República son inconcebibles. En Kuruyuki, el naciente ejército boliviano masacra a cientos de hombres, mujeres y niños. Aniceto Arce permite aquel genocidio. El guaraní Ángel Yandura manifiesta que esto significó “no solo la derrota bélica del pueblo guaraní, sino que sus aspiraciones autonomistas quedaron enterradas”.

Para comprender la resistencia del pueblo guaraní a todo intento de usurpación de territorio es sustancial entender el pensamiento milenario: “La búsqueda de la tierra sin mal”, un lugar mítico donde ejerzan su libertad y forma de ser. Pifarré, en su análisis sobre porqué este pueblo resiste a la evangelización, manifiesta que “el chiriguano prefería la vida de autonomía e independencia, observaba la misión como una amenaza que anulaba las expresiones de la vida comunal, que atentaba contra su libertad y respeto a sus creencias”.

“En el siglo XVIII, durante la colonia, fueron años de continua lucha por los sucesivos abusos de hacendados y comerciantes y como respuesta, brotes de guerreros que tenían como meta romper las cadenas que los iban haciendo esclavos de los españoles” (Pifarré 1989). En ese contexto, en el periodo de 1778 a 1781, en Cordillera, emerge el sentimiento anticolonial y aparecen hombres-tumpa y se vigoriza el espíritu de autonomía y oposición a la presencia de españoles. Innumerables son los encuentros belicosos entre españoles e indígenas. El tema siempre es el mismo, la usurpación del territorio y su defensa, y, en la República, los karai invadían constantemente territorio chiriguano, a través de los ganaderos; de las misiones franciscanas; y del Estado boliviano, que consolida su dominio con fortines militares. De estas tres, la penetración ganadera fue la más conflictiva, con masacres en 1849, 1874 y 1877 (Albó 1990).

La historia de la batalla de Kuruyuki comienza en la Navidad de 1891. Un ejército de kereimba (guerreros) procedentes de comunidades de Cordillera se reúne en torno al líder Apiawaiki. En la madrugada del 6 de enero se declara la guerra. Ese día, los kereimba atacan a los karai, incendiando la población. En otras regiones cercanas se realizan, simultáneamente, ataques de guaraníes a varias haciendas. El 27 de enero llega el Ejército con dos mil soldados. Al amanecer del día siguiente, los karai atacan Kuruyuki y, en una lucha que dura ocho horas, son aniquilados cerca de un millar de guerreros.

Pensamos esta batalla en el contexto del Ñande Reko o modo de ser guaraní, cosmovisión que revela una forma de vida, de ejercicio de poder y autonomía. Desde 1987 se organizan en la Asamblea del Pueblo Guaraní, resultado del trabajo de las comunidades. La APG es la representación natural de la sociedad guaraní, a través de la cual, se inicia la recuperación de la memoria histórica que estaba entumecida después de la batalla de Kuruyuki. “Conmemorar esta batalla es afirmar la unión de toda una nación” (Combés 2014). Ahora, Charagua Iyambae/hombre sin dueño, es la primera Autonomía Indígena Originaria.