Opinión Bolivia

  • Diario Digital | miércoles, 24 de abril de 2024
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CLAUDIA RIVERO ES UNA JOVEN DE 23 AÑOS, QUE ESTUDIA Y DA CLASES DE MÚSICA EN LA CAPITAL MEXICANA.

Qhochala se abre espacio en México con el clarinete

Qhochala se abre espacio en México con el clarinete

 

Contra todo pronóstico adverso Claudia Rivero Padilla hace realidad su sueño más anhelado en la ciudad de México, estudiar la carrera de música con especialización en clarinete.

Desde sus 14 años cuando comenzó a pasar clases de guitarra clásica en la Academia Man Césped, la joven que ahora tiene 23 años tenía claro su objetivo, el de convertirse en una profesional de la música.

Pero, el camino que aún recorre para lograrlo no es fácil, pues tuvo que pasar por adversidades que empezaron por la falta de preparación que hay en Bolivia para los instrumentistas.

Actualmente, con tres años de estudio en la Escuela de Música "Vida y Movimiento" Ollin Yoliztli, la joven puede darse el gusto de dar clases particulares de nivel inicial y medio a niños mexicanos.

Todo lo hace de manera particular, por su alto nivel de profesionalización. Tiene seis estudiantes de clarinete y una de coro.

Pero, antes de poder comenzar a trabajar en lo que le gusta ha tenido que conseguir empleo para poder mantenerse en ese país. Sus clases le permitieron repartir su tiempo entre trabajos temporales en el metro de la Ciudad de México y fruterías donde se servían postres.

“A mí no me importaba en qué trabajar, solo quería mantenerme en esta ciudad que es muy costosa y gracias a Dios lo he conseguido. Estoy acostumbrada a trabajar desde chica y este es un esfuerzo que tenía que hacer”.

Pero, como todo sacrificio tiene su recompensa, Claudia no solamente se ha ganado el respeto de sus profesores en la escuela de música, sino que también la han reconocido por su dedicación. Ahora forma parte de la orquesta de la escuela como primera clarinetista, lugar por el cual se le otorga una especie de apoyo económico o beca.

Pero, lo más enriquecedor de esta experiencia es que ha podido salir a tocar a España y Cuba y también formar parte de las presentaciones que tuvo la artista Yoko Ono, viuda de John Lennon, en México el año pasado.

La gran movida artística de orquestas que hay en ese país también hizo que participe junto a su escuela en el segundo capítulo de la serie “Mozart in the Jungle” protagonizada por Gael García Bernal y en el que se muestra la vida de los músicos instrumentistas.

Además de tocar, Claudia también canta y forma parte del Coro de Mujeres Indígenas Yolotli que busca recuperar la música de los pueblos mexicanos que están desapareciendo.

Aunque las cantantes no son oriundas de lugares indígenas, lo que tratan de hacer es promocionar este tipo de música en jóvenes y nuevas generaciones.

PEREGRINACIÓN POR ESTUDIOS Claudia tuvo que peregrinar por varias escuelas y universidades del país en busca de un nivel avanzado, que le permita no solamente obtener el título, sino ser competitiva en lo que hace.

En 2010, al salir del colegio Esclavas del Sagrado Corazón, donde estudió en Cochabamba, Claudia se trasladó a La Paz en busca de un nivel superior de formación en la carrera de música en la Universidad Mayor de San Andrés, pero para ese entonces la institución pública recién estaba comenzando a proyectar la currícula, y no se tenía nada en concreto sobre el inicio de clases.

Con el nivel de formación que había logrado en la guitarra comenzó ese año a incursionar en otro instrumento que hoy en día es su compañero de vida, el clarinete.

Mientras esperaba la apertura de la carrera en Bolivia, comenzó a dar clases de esa asignatura en nivel inicial de distintos colegios. Dos años más tarde, la Universidad Mayor de San Simón fue la primera Casa Superior de Estudios en abrir la licenciatura.

Claudia formó parte del primer curso preparatorio, pero relata que era muy básico y que ella ya había avanzado mucho más de lo que le enseñaban los maestros de ese entonces.

En 2012, uno de sus compañeros de la Escuela Man Césped que estaba viviendo en México le comentó sobre la Escuela de Música "Vida y Movimiento" Ollin Yoliztli que otorga títulos de licenciatura en clarinete.

Investigó los trámites que debía hacer y después de presentar muchas garantías económicas que le pedía el país para residir como estudiante, fue convocada para dar un primer examen.

Rindió la prueba y fue aceptada junto a otros 200 estudiantes de Centro América y México de los 1.110 músicos que aspiraban a formarse en esa escuela. Ella junto a otro mexicano fueron los únicos elegidos para la licenciatura en clarinete.

VOLVER A ENSEÑAR De las adversidades y satisfacciones de las que Claudia asegura haber aprendido, le queda un objetivo por cumplir a largo plazo, que es retornar a Bolivia para enseñar a los amantes de los instrumentos musicales a un nivel profesional.

“Para mí ha sido muy difícil estudiar afuera, conseguir una universidad que me dé el nivel de competencia que yo quería, porque acá hay tantos músicos, tantas orquestas que hay que competir para ser bueno”.

Dice que no quiere ser una fuga de cerebro más de Bolivia, tal como sucede con algunos profesionales que se deslumbran con el nivel de enseñanza y oportunidades de trabajo que hay fuera del país.

“Tengo muy claro que cuando termine de estudiar retornaré para enseñar a niños bolivianos, porque los mexicanos tienen muchos maestros, nosotros no y los necesitamos”.

Aunque le quedan dos años más para terminar la carrera en México, Claudia se quedará un año más para hacer su maestría.

Asegura que en un futuro el país podría tener varias orquestas sinfónicas por departamento si los músicos que salen afuera como ella, deciden retornar y formar nuevos talentos para que las nuevas generaciones no tengan que buscar fuera de las fronteras un nivel de especialización.

Datos

Perfil

Claudia Antonia Rivero Padilla es la hija mayor de José Jaime Rivero Cabezas y María Isabel Padilla Iriarte.

Su madre, comunicadora social de profesión, fue la que le fomentó el gusto por la música, pues toca el piano y canta. Su padre también toca la guitarra como pasatiempo.

Su hermana, Isabella de

13 años, también se dedica

a la música y forma parte de la Orquesta Sinfónica de Cochabamba, donde toca

el violín.

Sus otros dos hermanos Pablo de 10 y Nicolás de 6, son apasionados por el deporte, pero también gustan de la música.

Apoyo

Los padres de Claudia le brindan el apoyo incondicional con su carrera. Incluso, su abuela que reside en Estados Unidos fue la que la apoyó en los trámites para que pudiera postular a la beca.