Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 25 de abril de 2024
  • Actualizado 10:17

DESDE AFUERA

Un Bergoglio ficticio

Un Bergoglio ficticio
El guionista y coautor de la serie “Llámenme Francisco” admitió que no todos los hechos que se narran son ciertos, ya que se trata de una obra de ficción (según el mataburros de los académicos españoles una invención, cosa fingida) y que como provincial de los jesuitas, Jorge Bergoglio colaboró con la dictadura menos que otros jerarcas católicos. 

En un reportaje concedido a la Agencia Paco Urondo (APU), Martín Salinas (MS) respondió de ese modo a una pregunta sobre mi nota “La mala conciencia del pontífice”, en la que señalé la falsificación de hechos reales en la serie producida por la plataforma Netflix. También explicó que la tergiversación se debe a  simpatía política por las posiciones que el exprovincial jesuita Jorge Bergoglio asumió al transfigurarse en papa Francisco.

APU: ¿Leyó el artículo del periodista Horacio Verbitsky en Página12 sobre la serie? 

MS: Sí, yo valoro el asunto desde otro lugar. Esto es ficción. No es la primera vez que me toca ficcionalizar una vida. Pienso que el personaje que quisimos contar es una mezcla del verdadero Bergoglio con un Bergoglio que es muy importante en la actualidad, por lo que representa políticamente. Cuando construís eso estás adoptando una posición política que no tiene que ver con la cosa chiquita o personal de si tengo razón o no la tengo, o si él fue malo o no fue malo. Bergoglio canaliza hoy la energía de todo un continente. Tuvimos la posibilidad de reforzar la parte que nos pareció importante. Francisco es un compañero de ruta, está enfrentado a muchas cosas a las que nos enfrentamos muchos de nosotros. Estamos contando sobre un tipo que tiene contradicciones. Respeto que Verbitsky diga lo que diga.

APU: Si leo entrelíneas lo que me está diciendo, usted podría aceptar algunos planteos de Verbitsky. Pero, se privilegió en la serie una mirada determinada sobre el personaje, a partir del rol que hoy cumple Francisco.

MS: No se trata de aceptar o no aceptar. Lo importante es que hay un ser humano que tiene que tomar decisiones en un momento determinado. No puedo contar todo. Elegimos algunas cosas sobre otras. No creo que haya colaborado con los militares en la medida en que lo hicieron otros. No voy a entrar en polémicas porque respeto a Verbitsky como periodista. 

Salinas afirma que Bergoglio “ayudó a mucha gente, pero por supuesto la Iglesia que integró se calló sobre los 30 mil desaparecidos. De eso no cabe ninguna duda. No es invento chino que él ayudó a mucha gente. La película cuenta también que el personaje ni nadie de la Iglesia abren la boca sobre los desaparecidos”.

Es decir, que el guionista de la serie no niega que: la jefa del verdadero Bergoglio en un laboratorio químico, Esther Balestrino de Careaga, no era una comunista atea sino una militante del Partido Febrerista paraguayo, una organización de centro izquierda afiliada a la mansa internacional socialista.

Los tres seminaristas riojanos protegidos por Bergoglio a pedido de su obispo Enrique Angelelli (y no una docena como muestra la serie) siguieron sus estudios en el colegio jesuita de San Miguel durante el gobierno peronista (del que Bergoglio fue colaborador a través de su amigo el coronel Vicente Damasco) y no bajo la dictadura.

(Tomado de www.pagina12.com.ar)