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  • Diario Digital | viernes, 29 de marzo de 2024
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Sociedad líquida

Sociedad líquida
Temprano madrugó la madrugada, temprano levantó la muerte el vuelo, estos versos de Hernández son quizás, los que más nos aproximan al lamento consternado por el viaje sideral que emprendieron Piglia y Bauman, apenas deshojadas las primeras hojas del calendario 2017. El primero, un portento de las letras, casi imposible situarlo y enmarcarlo, en uno de sus géneros, toda vez que su aporte creativo y artístico se halla presente en más de uno de ellos; Piglia, polifacético y múltiple, la historia, literatura y el cine fueron los campos donde se desenvolvió con galanía y destreza singular. En cambio, al maestro Zygmunt Bauman se lo encasilla definitivamente como sociólogo, aunque tal vez, con mayor precisión debe ser calificado como un humanista, en tal virtud, un descriptor puntilloso de la sociedad actual emergente de la II Guerra Mundial, disecciona sus instituciones y sus realizaciones, caracterizándolas como líquidas, volubles, efímeras y precarias, marcadas por un individualismo absorbente carente de los más elementales valores de solidaridad y trascendencia. El pensamiento de maestro, judío de origen, ha dado pábulo a que otros intelectuales califiquen al mundo actual como sociedad del espectáculo, con todo lo gaseoso, espumante y vaporoso a que lleva la actividad lúdica. Las expresiones culturales otrora sólidas y perennes han sido suplantadas por manifestaciones desechables de inmediato, siendo una de sus fieles expresiones el florecimiento de la gastronomía o culinaria que, a decir de sus cultores, los gourmets, es una las bellas artes, al extremo de que es acogida como disciplina universitaria y lleva premios importantes cum laude, genera fortunas, pero es de tal precariedad que termina casi de inmediato en los inodoros. Las obras humanas fecundas y duraderas en la actualidad no tienen cabida, porque carecen de valor dentro del mercado masivo. Sus cultores no son reconocidos y menos considerados como portadores de la condición humana.

El pensamiento de Bauman se halla expresado en múltiples obras de su autoría, pero también receptado por una pléyade de seguidores. A mi juicio, la síntesis de su ideario consta en el discurso que pronunció en oportunidad de agradecer el premio Príncipe de Asturias concedido el 2010 y compartido con su colega francés Alain Touraine, de gran aceptación. En dicha oportunidad, invocando la genialidad de Cervantes y, a modo de homenaje a la España patrocinadora, dijo: Don Quijote no fue conquistador, fue conquistado. Pero en su derrota, tal como nos enseñó Cervantes, demostró que “la única cosa que nos queda frente a esa ineludible derrota que se llama vida es intentar comprenderla”. Eso fue el gran descubrimiento sin parangón de Miguel de Cervantes; una vez hecho, jamás se puede olvidar. Todos los que trabajamos en las humanidades seguimos el camino abierto por ese descubrimiento. Estamos aquí gracias a Cervantes. Hacer pedazos el velo, comprender la vida... ¿Qué significa esto? Nosotros, humanos, preferiríamos habitar un mundo ordenado, limpio y transparente donde el bien y el mal, la belleza y la fealdad, la verdad y la mentira estén nítidamente separados entre sí y donde jamás se entremezclen, para poder estar seguros de cómo son las cosas, hacia dónde ir y cómo proceder.