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Retorno a la Odisea 2017

Retorno a la Odisea 2017
Al Ministerio de Educación le pasa lo que les ocurre a las empresas que quieren que los conocimientos y destrezas de sus empleados pasen de la “a” la “z” en un solo día y mediante un instructivo; pero al otro día se dan cuenta de que, en realidad, con la orden impartida solo lograron un avance de la “a” a la “b” y con cierta dificultad. Y es que las disposiciones no se pueden cumplir por arte de magia o por gusto de una persona de la noche a la mañana.

Este ministerio prohibió hace tiempo las filas para las inscripciones escolares como las que comienzan hoy. ¿Quién podría en su sano juicio no aplaudir tal disposición? Sin embargo, las tales filas, aunque disfrazadas y realizadas a cuadras de la institución, se las sigue haciendo porque los mismos padres en su desesperación de conseguir una plaza las fomentan y las hacen.

El problema sigue siendo el mismo de siempre: la existencia de colegios de primera, de segunda y de tercera clase en la percepción de los padres de familia y de la sociedad en general. Ningún padre querrá que su hijo o hija entre a uno de segunda o tercera y, por ello, pelean por una plaza en los mejores colegios. ¿Es un error?, ¿se le puede culpar a un padre desear y buscar lo mejor para sus descendientes?

Los padres de familia saben que en la medida en que el colegio sea bueno o, mejor aún, excelente, sus hijos tendrán una mejor oportunidad de ser exitosos en la vida. Naturalmente, no piensan que los niños y jóvenes debieran, desde el hogar, aprender a ser, también, autodidactas para llegar a ser lo que buscan ser. No, en eso normalmente no se piensa.

Los padres de familia nos aferramos a los colegios “exitosos”; aunque muchos de ellos ni siquiera lo sean tanto. Por ello, tal vez el verdadero reto para el Gobierno sea contar a la larga con la mayoría de establecimientos educativos de primer nivel o clase para evitar que para unos se sigan haciendo filas y para otros queden pocos estudiantes como cuentagotas porque a los padres no les quedó otra que meterlos en los mismos.

Por ello se hacía la comparación con los memos que envían algunos jefes en las empresas privadas creyendo, ingenuamente, que con ellos el trabajador aprenderá de la noche a la mañana a ser el mejor en su especie cuando, en realidad, esto solo se podría lograr mediante un proceso de capacitación que demandará el tiempo respectivo.

En todo caso y por el momento, es bueno recordar a los padres y madres de familia que existen seis mecanismos para inscribir a sus hijos en las unidades educativas de Cochabamba, estos son:

1. Si el estudiante tiene por lo menos una antigüedad de un año en el colegio, la inscripción es automática y, por ello, no se necesita realizar fila alguna; aunque seguramente entre noviembre y diciembre del año pasado, la Dirección del colegio en cuestión ya preguntó a los progenitores si su descendiente continuaría o no en la unidad educativa.

2. Los escolares que tienen hermanos estudiando tienen la posibilidad de ingreso sin mayores dificultades, porque los hermanos “son de tratamiento especial”; aunque hay colegios que comenzaron a quitar el beneficio de las becas para los segundos y terceros hermanos.

3. También son favorecidos los estudiantes que viven en la misma zona donde está situado el colegio, medida sin embargo un poco relativa dependiendo de la cantidad de postulantes a un establecimiento.

4. Los sorteos se aplicarán en caso de que haya “sobredemanda” de aspirantes.

5. Se espera que el único momento en que se hará fila sea el mismo día que le toca inscribir al hijo en cuestión, pero seguramente una no muy larga porque normalmente los colegios inscriben siguiendo un rol específico.

6. Los hijos de policías, militares y servidores públicos también son considerados especiales por cuanto debieran inscribirlos casi automáticamente en unidades educativas fiscales, privadas y de convenio.