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  • Diario Digital | jueves, 25 de abril de 2024
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He decidido vivir

He decidido vivir
Quiero contarles la historia de Phillipe Croizon, francés, 49 años, casado y con dos hijos. Un día, trabajando en una empresa metalúrgica, recibió una fuerte descarga eléctrica, por lo que tuvieron que amputarle sus brazos y piernas para salvarle la vida. Tenía 26 años y su esposa esperaba a su segundo hijo. Mientras se recuperaba de tremenda experiencia, vio por televisión que alguien intentó cruzar el Canal de la Mancha a nado (34 Kms que conectan Francia con Inglaterra) y dijo “yo haré eso algún día”.

El 18 de septiembre de 2010, a sus 42 años, lo logró. Después de 14 de horas de nado y años de preparación, simplemente, lo logró. En 2010, Croizon se propuso otro desafío: cruzar nadando los continentes. Cruzó de Australia a Asia desde Nueva Guinea a Indonesia (20 Kms), cruzó el mar Rojo desde Egipto hasta Jordania (19 Kms), cruzó el estrecho de Gibraltar desde España hasta Marruecos (14 Kms) y cruzó el estrecho de Bering de Islandia a Rusia (4.3 Kms). Escribió un libro llamado “Yo he decidido vivir”, donde narra todas sus experiencias, motivando a muchos a no quedarse en la orilla, sino a salir a nadar (aunque no tengas brazos o piernas) en el mar de la vida.

No contento con esos desafíos se propuso algo más intenso: el Rally Dakar 2017. Subido en un BMW adaptado con un joystick que maneja desde la boca y desde el pequeño muñón que tiene, ha atravesado hasta ahora todas las etapas. En este momento, mientras lees estas palabras, el Rally Dakar 2017 termina en Buenos Aires y Croizon estará cruzando la meta. Estuvimos con él en La Paz, y nos agradeció la hospitalidad del pueblo boliviano, del cariño que sintió al ver tanta gente en las calles recibiendo a los corredores. Nuestra empresa fue contratada para desarrollar las redes sociales del Dakar en Bolivia. Y vimos todos los puntos de vista de la carrera, desde emocionantes imágenes hasta historias jocosas como la de una pareja que el día de su boda, se sacó una foto en plena carrera, pero la historia de Croizon, de lejos ha sido algo que nos ha sobrecogido.

Día a día nos levantamos viendo el vaso medio vacío, llenando Facebook de autocompasión nacional, local y sobre todo personal, apuntando los dardos a los sospechosos de siempre: gobernantes, el pasado, a los 500 años, a la falta de educación. De pronto, esta historia de resiliencia es una buena metáfora de la vida, de estar en alta mar, y que avanzar es la única opción posible, quedarse sin actuar es morir ahogado o de frío. Muchos quieren saber si hay vida después de la muerte; sin saber, como dice Eduardo Punset, “hay vida antes de la muerte”. Vívela.