Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
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DEMANDA MARÍTIMA

Muñoz dice que Chile es buen vecino y Arce muestra que es falso

El Canciller chileno lleva el debate a las páginas de El País de España y recibe una contundente respuesta del Ministro de Justicia de Bolivia.
Muñoz dice que Chile es buen vecino y Arce muestra que es falso



Con el título Chile-Bolivia: la distancia del siglo XXI, el canciller de Chile, Heraldo Muñoz, publicó en el periódico El País de Madrid, el 14 de septiembre, un artículo en contra de la demanda de Bolivia en La Haya y con afirmaciones que pretenden hacer ver a su país como ejemplo de generosidad y buena vecindad con Bolivia.

El 18 de septiembre, el ministro boliviano de Justicia, Héctor Arce Zaconeta, usó también las páginas de este influyente diario español para refutar, una por una, las afirmaciones de Muñoz, en un texto titulado Bolivia-Chile: el restablecimiento de la verdad en el siglo XXI.

La demanda interpuesta por Bolivia ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ), en 2013, ha alcanzado repercusión internacional no solo por la decisión del presidente Evo Morales de exponer el tema en diversos foros internacionales como la ONU y la OEA, sino también por los constantes duelos verbales y escritos, como en este caso, que se dan entre autoridades de ambos países.

Aquí lo expuesto por Muñoz y Arce, en una versión intercalada:

HERALDO MUÑOZ (14-09-2017): El 15 de septiembre, Chile presentará su dúplica, último documento escrito del juicio que Bolivia inició ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) en abril de 2013. En su demanda, Bolivia planteó que Chile se ha comprometido a lo largo de los años, en forma obligatoria, a negociar un acceso soberano al mar. Supuestamente, a través de diversos acuerdos, conversaciones diplomáticas y declaraciones unilaterales.

HÉCTOR ARCE (18-09-2017): El pasado 14 de septiembre en este mismo medio, el canciller chileno Heraldo Muñoz, publicó el artículo Chile-Bolivia: la distancia del siglo XXI. Nota en la que cualquier lector perspicaz percibirá un aire defensivo mezclado con un sentimiento de remordimiento y autojustificación. Aquí algunas aclaraciones fundamentales a la luz radiante de la verdad.

HERALDO MUÑOZ: Bolivia ha dicho que su demanda no cuestiona el Tratado de Paz y Amistad de 1904, que fijó los límites entre ambos países. Sin embargo, su demanda apunta precisamente a modificar el territorio de Chile y la alteración de un tratado, válidamente celebrado y plenamente vigente.

Chile ha estado dispuesto a escuchar las aspiraciones de Bolivia y presentar sus intereses propios al país vecino. Sin embargo, ello no significa que exista una obligación jurídica de negociar un acceso soberano.

HÉCTOR ARCE: Fue justamente por las promesas que Chile realizó a Bolivia por más de 100 años cuyo objetivo siempre fue el de restituir nuestra condición marítima soberana y que hoy decidió desconocer, que el Gobierno del presidente Evo Morales optó por acudir a la Corte Internacional de Justicia, el más alto tribunal creado por la humanidad, para solucionar controversias de manera pacífica, para pedirle proteja los valores más esenciales que tiene la comunidad internacional: la buena fe, la confianza en la palabra empeñada y el cumplimiento de lo pactado.

Con su dialéctica del miedo el canciller Muñoz, desea hacer ver que la demanda de Bolivia sería un riesgo para las conversaciones diplomáticas, si estas no llegaran a acuerdos. No obstante, omite señalar que la demanda de Bolivia no se basa en simples conversaciones sino en una situación jurídica formal creada por acuerdos, notas diplomáticas, promesas unilaterales, comportamientos vinculantes y otras fuentes del derecho internacional que fueron sembradas a lo largo de más de 100 años, lo que sin duda ha engendrado una obligación jurídica internacional que Chile deberá cumplir.

HERALDO MUÑOZ: En su fallo de objeciones preliminares de 2015, la CIJ redujo significativamente la pretensión boliviana: si fuera cierto que Chile tiene una obligación de negociar —aunque no la tiene—, no significa que dicha hipotética negociación deba tener un resultado predeterminado. Dos conclusiones: primero, la Corte descartó que el caso fuese sobre un supuesto derecho al mar de Bolivia; segundo, el Tratado de 1904 no estará en ninguna mesa de negociaciones.

HÉCTOR ARCE: Refiriéndose a la Sentencia de Jurisdicción de 2015, Muñoz trata de mostrar una victoria imaginaria para la defensa chilena, victoria que vive únicamente en las ensoñaciones del Canciller chileno y que no se condice con el texto del fallo. Primero, la sentencia no redujo la demanda de Bolivia que nunca exigió a la Corte determinar la modalidad precisa para su acceso soberano al mar, sino el reconocimiento jurídico de la existencia de una obligación de negociar dicho acceso. Tampoco la Corte descartó de ninguna manera ninguna pretensión de Bolivia. Finalmente, la Corte rechazó el alegato principal de Chile basado en que el Tratado de 1904 era la base y el alfa y el omega de las relaciones entre Bolivia y Chile en el tema del diferendo marítimo y que no había temas pendientes entre ambas repúblicas. Al respecto la Corte determinó que: "Las disposiciones del Tratado de Paz de 1904 (...) no hacen referencia expresa ni tácita de la cuestión de una obligación de Chile de negociar con Bolivia un acceso soberano al océano Pacífico. En consecuencia, la Corte considera que los asuntos en litigio no se encuentran "resueltos por arreglo de las partes, o por laudo arbitral, o por sentencia de un tribunal internacional" ni "regidos por acuerdos o tratados (...)".

HERALDO MUÑOZ: Chile defiende no solo el derecho internacional y la palabra empeñada, sino la práctica diplomática de dialogar y buscar puntos comunes, en la confianza que, de no llegar a acuerdos, los países no estarán comprometidos jurídicamente con aquello que hubieren conversado o expuesto.

Bolivia goza de acceso al mar, sin soberanía, con exenciones tributarias y una serie de otros beneficios que anualmente cuestan a Chile cerca de cien millones de dólares, otorgados para una mejor implementación del régimen establecido a perpetuidad en el mismo Tratado de 1904.

Además, en los últimos 10 años, Chile ha invertido más de 400 millones de dólares en caminos, pasos fronterizos y puertos. A fines de junio, la Administración de Servicios Portuarios de Bolivia informó que la “importación y exportación” de cargas bolivianas a través del puerto de Arica, en el norte de Chile, ha experimentado “un crecimiento de cerca de 800 por ciento ” entre 2006 y 2016, llegando a 1,8 millones de toneladas.

Por supuesto, la integración no es solo comercio. Hace dos semanas, el director de la Agencia de Cooperación Internacional de Chile viajó a La Paz (Bolivia). Asistió a una cita de la Red Alumni, que reúne a profesionales bolivianos que estudiaron posgrados en Chile gracias a becas del Gobierno chileno. También se reunió con representantes del Hospital del Niño de La Paz, que han recibido asesoría de un hospital chileno para el tratamiento de enfermedades oncológicas. Es solo parte de una “integración silenciosa”, que incluye un aumento de las inversiones chilenas en Bolivia, la entrada en operación de una nueva aerolínea boliviana en Chile y los miles de migrantes que siguen llegando a vivir a nuestro país.

Hace casi dos meses, las Cancillerías de Chile y Bolivia sostuvieron una reunión del llamado Comité de Fronteras e Integración. Chile había pedido desde hace años esta cita. Y se fijó una agenda de trabajo técnico en temas que importan a nuestros ciudadanos: por ejemplo, la lucha contra el narcotráfico y el recurrente robo de autos chilenos para su internación en Bolivia.

Dicha cita modificó en algo el tenso escenario bilateral caracterizado por reiteradas ofensas de Evo Morales y su entorno, quienes han buscado crear un clima hostil, con acciones y declaraciones inflamatorias contra el pueblo de Chile y sus autoridades.

Además, dicho Comité de Fronteras demostró que, en el siglo XXI, la integración no es entregar territorio.

HÉCTOR ARCE: Como corolario de sus erróneas afirmaciones y como era de esperarse, el canciller de Chile hace su última alegoría sobre la imaginaria plétora de "beneficios" que Bolivia tendría con el régimen de "libre" tránsito de acuerdo con el Tratado de 1904. Al respecto, primero debe señalarse que este régimen no es ninguna concesión gratuita de beneficencia sino la retribución mínima impuesta por el Tratado de 1904, tras la invasión injustificada y conquista territorial emprendida por Chile en 1879 y que también fue reconocida por la Corte en su fallo sobre jurisdicción dé septiembre de 2015. Régimen que además de ser impuesto e injusto, ha sido históricamente incumplido por Chile, quien ha privatizado inconsultamente sus obligaciones internacionales generando un círculo vicioso de alzas tarifarias, paros portuarios, diversas restricciones a las exportaciones de Bolivia, actos de discriminación contra los transportistas bolivianos y recientemente la infame judicialización de la labor soberana de Bolivia en su lucha contra el contrabando.

El canciller Muñoz ¿cree seriamente que los actos de maquillaje que menciona en su artículo, compensan 100 años de asfixia al comercio y desarrollo de Bolivia? Los "beneficios", "integración silenciosa" e "imagen de buen vecino" que Muñoz intenta vender, no son más que los cantos de sirena que buscan distraer la atención a los verdaderos problemas pendientes entre Bolivia y Chile.

HERALDO MUÑOZ: Chile es un buen vecino, disponible para trabajar en asuntos concretos, como ocurre con Perú y Argentina, con visitas presidenciales, encuentros de alto nivel frecuentes y acuerdos de integración efectivos. Un país que ha acompañado la negociación entre el Gobierno de Colombia y las FARC y ahora es garante de las conversaciones con el ELN. Chile ha sido protagonista por 13 años de la misión de Naciones Unidas en Haití. Lideramos esfuerzos con resultados concretos para acercar al Mercosur y la Alianza del Pacífico. Y hemos apoyado decididamente la cooperación al desarrollo en Centroamérica y el Caribe.

Hay que visualizar una integración de siglo XXI. Por supuesto, para que no haya dobles lecturas: los temas de La Haya permanecen en La Haya.

HÉCTOR ARCE: Confiamos en que la demanda boliviana no solo restablecerá la verdad y la razón entre Bolivia y Chile en el siglo XXI, sino que sentará firmemente las bases legales para que las obligaciones de negociar aún estancadas en la comunidad internacional como las de España con Reino Unido por Gibraltar, las de Argentina con Reino Unido por las islas Malvinas o las de Palestina con Israel por los territorios ocupados, encuentren una oportunidad de solución a través del Derecho Internacional.

24 de abril

2013

Bolivia presenta la demanda marítima contra Chile, ante la Corte Internacional de Justicia, con sede en La Haya, Holanda.

El Tribunal admitió la causa y fijo los plazos.

El julio 2014, Chile intentó frenar el proceso presentando una objeción preliminar de competencia sin embargo, la Corte desestimó esa objeción y ratifica su competencia para tratar el caso.

Demanda

Con la demanda, Bolivia pide que la CIJ obligue a Chile a negociar "de buena fe" y en “plazo razonable” un "acceso soberano al océano Pacífico", para los bolivianos, en cumplimiento a las promesas realizadas por ese país, a los largo de la historia.