El Gobierno central se comprometió apoyar cinco proyectos de agua potable y alcantarillado para Cochabamba, informó el secretario de Planificación de la Alcaldía de Cercado, Manuel Prado.

La decisión fue asumida anoche, tras una reunión sostenida en La Paz entre el alcalde de Cochabamba, José María Leyes, la ministra de Medio Ambiente y Agua, Alexandra Moreira, el gerente del Servicio Municipal de Agua Potable y Alcantarillado (Semapa), Gamal Serhan y técnicos de las tres instituciones.

Prado dijo que la Ministra escuchó los planteamientos de la Llajta y anunció que el Gobierno cofinanciará las obras que necesita el Cercado.

“La reunión fue muy productiva. Hemos trazado una agenda de trabajo que se comenzará a ejecutar desde el jueves”.

Añadió que todas las propuestas “fueron bien recibias” por la ministra Moreira, inclusive la del proyecto Corani Valles, que es impulsado por el Alcalde y el Comité Cívico.

Actualmente, solo 71 mil qhochalas tienen agua potable de Semapa, el resto de familias se provee de 35 comités y cooperativas.

Las cinco obras que serían encaradas de forma conjunta por la Alcaldía y el Gobierno son la renovación de redes en el Casco Viejo, ampliación de la planta de tratamiento de aguas residuales de Albarrancho, la planta de tratamiento Valverde, proyectos de agua potable y alcantarillado para los distritos 8 y 9 (zona sur de la ciudad) y Corani Valles. Todas necesitan un financiamiento de más de 762 millones de bolivianos para su ejecución.

Desde 2016, el Servicio Municipal de Agua Potable y Alcantarillado (Semapa) racionó el servicio y los hogares pasaron de recibir agua tres veces a la semana a solo una. La demanda de los usuarios es de 1.800 litros por segundo. Pero, en la actualidad apenas se entrega 600, considerando la baja del envío de agua de Misicuni, la sequía y la pérdida de cerca de la mitad de lo que se envía por el mal estado de las tuberías en el Casco Viejo.

Según datos del gerente de Semapa, Gamal Serhan, la renovación de redes de agua potable y alcantarillado en el Casco Viejo, cuya inversión es de alrededor de 61 millones de bolivianos, permitiría evitar las fugas. Se trata del proyecto de cambio de tuberías en 90 manzanos del centro de la ciudad.

En abril de 2016, se perdió un financiamiento de 46.5 millones de bolivianos de la cooperación española para el cambio de las redes, porque la empresa municipal modificó la propuesta inicial que fue presentada por el exalcalde Edwin Castellanos, que consideraba los componentes de agua potable y alcantarillado.

En diciembre de 2015, Serhan presentó la propuesta para cambiar solo las tuberías de agua y planteó trabajar con el método “Trench Less”, tecnología “sin zanjas”. Por esos criterios, el Gobierno rechazó la obra y decidió destinar los recursos económicos para otros proyectos en el país.

El mejoramiento y ampliación en Albarrancho es la segunda obra necesaria y no ejecutada. Este proyecto tiene un costo de 95 millones de bolivianos. No avanza debido a que no se determinaron los montos que tanto la Alcaldía como el Ministerio de Medio Ambiente y Agua deben aportar. En principio se había definido que cada institución dé el 50 por ciento , pero, ahora, el Gobierno pide hacerse cargo del 30 por ciento y que Semapa aporte el 70 por ciento .

También se planteó la construcción de la Planta de Tratamiento Valverde. Ese proyecto demandará una inversión de 17 millones de dólares (118.3 millones de bolivianos). Existe la posibilidad de que sea financiado por la cooperación francesa.

La cuarta propuesta es para llevar agua y alcantarillado a los distritos 8 y 9. Esas obras demandarían una inversión de 140 millones de bolivianos.



PLAN DE EMERGENCIA El secretario de Planificación informó que también determinaron elaborar un nuevo plan de emergencia para encarar la falta de agua para consumo humano en Cochabamba.

Técnicos de la Alcaldía y Semapa serán los encargados de trabajar en la propuesta que tiene que estar lista en marzo.

“Le hemos dicho a la Ministra que Cochabamba necesita encarar nuevos proyectos para solucionar la falta de líquido. No es suficiente un plan de emergencia”, señaló la autoridad municipal.

Desde septiembre de 2016, la empresa municipal viene ejecutando un plan de emergencia que considera el racionamiento de agua a los usuarios y el bombeo de aguas muertas de El Toro a la represa de Escalerani. El plan lo puso en marcha para garantizar el servicio de agua potable hasta diciembre del año pasado. La situación no ha cambiado, porque las lluvias aún son mínimas en Cochabamba y no se incrementa el caudal de agua de las represas y de los pozos.