Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
  • Actualizado 10:58

¿Periodismo que fortalece la democracia?

¿Periodismo que fortalece la democracia?
Bolivia ha experimentado en los últimos meses un periodo de constante vulneración de los derechos de los niños y de las mujeres, el centro fundamental de ese tipo de situación es la violencia como elemento estructural de las formas de relación social que vemos en sociedad.

Casos como el de Abigail, la niña asesinada por su propio padre o el de Alicia, una de las mujeres asesinadas por su condición de género, nos han estremecido como sociedad; sin embargo, en la conducta periodística son varios los factores que debemos considerar, entre ellos, los contactos en directo desde el escenario de los hechos, la novela que relata el sufrimiento y el padecimiento antes de la muerte, la entrevista a los familiares para escucharlos y verlos en el sufrimiento, o las fotos de los niños golpeados y sus laceraciones como recurso, supuestamente, para concientizar y para que no se produzcan más hechos de esta naturaleza.

Creo que los periodistas y los medios no se han caracterizado por su respeto al dolor de los involucrados. Según las lógicas de cobertura periodística, han aprendido a hacer noticia de lo negativo, a repetir los enfoques sobre hechos que solo se diferencian por el nombre de los actores del suceso, los titulares son los mismos, la introducción de las notas siempre con los recursos de las escuelas periodísticas a la antigua.

Es necesario visibilizar un nuevo comportamiento periodístico que humanice el relato informativo; que no revictimice a las víctimas; que no agreda con su descripción a las audiencias. Necesitamos un periodismo de respeto a los derechos humanos y los derechos ciudadanos, aquel que no invada los espacios de la vida privada y que no haga un espectáculo macabro del noticiero matinal.

Los comunicadores debemos entender que la entrevista casual al que ha perdido a alguien querido de una forma terrible no puede ni debe racionalizar sus palabras, por eso, debemos acudir a la ética y preguntarnos, en qué cambia el escenario informativo que vivimos el invitar al set a la madre de la niña asesinada y hacer el primerísimo primer plano de sus ojos para mostrar sus lágrimas a la audiencia. Los entrevistadores deben pensar en su compromiso ético y en su respeto por el dolor humano antes de ejecutar la telenovela grotesca que el rating le ha pedido.