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  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
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Realzan la nobleza y la vocación musical de Pilincho

Realzan la nobleza y la vocación musical de Pilincho


Familiares, amigos y colegas recuerdan al radialista cochabambino José Oropeza de Los Llanos, fallecido el lunes a los 78 años, como un hombre que cultivó la nobleza en su vida familiar y profesional, y como un comunicador que nunca abandonó su vocación por la música.

El cuerpo sin vida de Oropeza (Mizque, 1938), también conocido como "Pilincho", fue velado durante la jornada de ayer en el salón de honor de la Gobernación de Cochabamba. Hoy a las 10:00 recibirá una misa de cuerpo presente en el salón velatorio La Capilla, de la avenida Villarroel. Una vez concluida, será trasladado al Cementerio General.

El radialista murió la madrugada del martes 2, en la clínica Belga, tras sufrir un paro cardíaco. Su partida se produjo dos meses después de la de Raúl Guzmán, colega suyo en varios proyectos comunicacionales y de otra índole, entre ellos el Corso de Corsos de Cochabamba.

Al velorio que ayer se celebró en la Gobernación asistieron familiares, amigos y colegas, que lo despidieron con tristeza, pero también con cariño.

Su hijo Javier, de 44 años, reconoció que su padre fue una persona muy conocida y valorada por el aporte que en vida dio a Cochabamba. Dijo que quienes lo fueron a despedir realzaron su nobleza y la ayuda que brindaba a la gente, actitudes que avalaron su calidad humana. "La misma calidad humana que él ha brindado a sus colegas y a sus amigos la ha dado en casa, siendo siempre el mejor padre del mundo, el mejor abuelo que existe", aseguró.

De ahí que sin dejar de reconocer la inevitable tristeza que embarga a la familia, a "Pilincho" se le recuerda "con mucho cariño". Además de Javier, José Oropeza tuvo una hija, Paola (46).

De la nobleza de Oropeza dio también testimonio Lenny Jaldín, con quien trabajó a lo largo de 22 años, al afirmar que el radialista cochabambino contribuyó a formar comunicadores no solo impartiéndoles destrezas técnicas, sino infundiéndoles valores.

Uno de ellos fue el amor al prójimo, asevera.

Otra de las cualidades de las que no se olvida Jaldín es la vocación musical de Oropeza, quien en su juventud formó parte del trío Los Pepes. Aunque una vez dedicado a la comunicación ya no hizo música profesionalmente, lo cierto es que nunca abandonó su afición por este arte.

Al margen de su enorme colección y conocimiento de la música de los 50, 60 y 70, que compartió en sus proyectos radiales, Oropeza reincidió en la creación musical a través de la composición de jingles publicitarios.

El comunicador Óscar Patiño destacó que Oropeza perteneció a una generación de comunicadores y periodistas que se formaron empíricamente, pero que supieron llevar su labor con el mayor profesionalismo posible, aun en los momentos más difíciles.

Patiño afirmó que la partida de Oropeza resulta particularmente sensible para CCA (canal 2 en señal abierta), un medio televisivo en cuya creación estuvo involucrado el desaparecido radialista. A este canal volvió en el último tiempo, tras vender su emisora Radio Oro, para conducir el programa "Como en la radio", junto a otros colegas.