El feminicidio ocurrió hace pocos días, el 21 de diciembre, en la localidad de Ajilata Grande, en La Paz. La dirigente de la Federación de Mujeres Campesinas Bartolina Sisa Felipa Mamani retornaba a su casa, junto a su niña de tres años, cuando fue interceptada por su expareja, Rubén Quispe Palle.

El hombre la esperaba armado con un palo y un machete y de acuerdo a su propia confesión, no le dio tiempo a defenderse. Atacó a Felipa Mamani, de 32 años, pese al llanto aterrorizado de la niña que no cesaba de gritar “mamá”.

Quispe Palle relató que solo paró de golpear a la mujer cuando la vio tendida en el piso, ensangrentada y sin moverse. Entonces, se dio a la fuga. Dijo que lo hizo porque no pudo controlar sus celos.

La Policía lo capturó recién y el hombre fue sometido a una audiencia de medidas cautelares en la que decidió admitir su delito y solicitar que se le aplique un juicio abreviado en el mismo instante.

El fiscal Heber Torrejón hizo la acusación por el delito de feminicidio y pidió 30 años de prisión.

El juez que oyó el caso halló a Rubén Quispe Palle culpable y lo condenó a la máxima pena, sin derecho a indulto, en la cárcel de San Pedro, confirmó el fiscal departamental de La Paz, Edwin Blanco Soria. La pequeña hija de Felipa Mamani recibe terapia para superar el trauma.