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  • Diario Digital | sábado, 20 de abril de 2024
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La visión pesimista del científico de 102 años que sigue trabajando

La visión pesimista del científico de 102 años que sigue trabajando
El científico David Goodall tiene una carrera que se extiende 70 años. Y aunque ya tiene 102 años, la idea de dejar de ir al campus universitario a trabajar le era impensable. Pero, eventualmente, la posibilidad surgió. Después de dos décadas de trabajar en la Universidad Edith Cowan, en Australia, las autoridades de ese centro académico le pidieron en agosto pasado que desocupara su oficina, pues el personal y varios estudiantes habían expuesto serias preocupaciones por su seguridad. Las autoridades universitarias también tomaron en cuenta su viaje diario de 90 minutos para llegar a su oficina, pues Goodall tiene que tomar dos buses y un tren. Así que le pidieron que trabajara desde casa a partir del próximo año para evitar riesgos para su salud.

Pero el botánico, considerado una figura influyente en el desarrollo de métodos numéricos en la ecología, emprendió una batalla legal por discriminación. Y la ganó. Y en el proceso de hacerlo, recibió mensajes de apoyo de científicos en Europa y de australianos que hasta abrieron una página web para recaudar firmas a favor de la lucha de Goodall por conservar el derecho de ir a su oficina a trabajar. Ahora ese centro de estudios le ha ofrecido otra oficina para que continúe trabajando.

Goodall, quien es actualmente investigador honorario asociado que no recibe ningún pago, ha producido más de 100 investigaciones sobre ecología, tiene tres doctorados y es miembro de la Orden de Australia. Su trabajo consiste principalmente en revisar investigaciones académicas y de supervisar a los estudiantes de PhD.

Y cuando la revista especializada New Scientist le preguntó si le preocupaba el futuro, su repuesta fue contundente. "Soy muy pesimista. Es demasiado tarde para emprender una acción efectiva de cara al cambio climático. Igualmente importante es la población mundial, que aumentará a 10 billones de personas al final de este siglo".

Y el pesimismo de Goodall es fundado: en octubre se informó sobre el récord de emisiones de CO2 que marcó el inicio de una "nueva era" de cambio climático. La Organización Meteorológica Internacional (OMI) había dicho que los niveles de dióxido de carbono en la atmósfera terrestre ya habían superado consistentemente la simbólica marca de 400 partes de CO2 por cada millón de moléculas (ppm). Todo indicaba, según ese organismo, que se mantendrán así "durante muchas generaciones".

La simbólica marca —que muchos científicos creen es prueba irrefutable de la responsabilidad humana sobre el cambio climático— ya había sido superada por primera vez en la historia moderna el año pasado.

Cuando se le pidió un consejo para jóvenes científicos, Goodall dijo: "Manténganse al tanto de la historia de sus campos, la reducción de las bibliotecas nos facilita olvidar". La longevidad de Goodall, quien tiene tres hijos, 12 nietos y 16 bisnietos, es de familia. Algunos miembros de su familia materna vivieron hasta los 90 años. Pero, aunque admite que la genética ayuda, hay algo de lo que no le cabe duda: "Yo diría que hay que mantenerse activo".

La universidad confirmó que una oficina "mejor" le ha sido asignada en un campus cercano a la casa del científico. "Estoy complacido porque encontramos una solución que asegurará que David pueda continuar trabajando en ECU ", indicó el vicerrector de la universidad Steve Chapman. Goodall expresó su gratitud con la universidad. "Espero continuar haciendo un trabajo útil en mi campo tanto como mi visión me lo permita".