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  • Diario Digital | sábado, 20 de abril de 2024
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EN NOVIEMBRE PASADO, UN CHOFER DE LA LÍNEA 131 MURIÓ A MANOS DE UNA TURBA LUEGO DE SER CONFUNDIDO CON UN LADRÓN

Un feminicidio o un linchamiento se da al año en K’ara K’ara

Un feminicidio o un linchamiento se da al año en K’ara K’ara

Un feminicidio o linchamiento se registra cada año en la zona de K’ara K’ara, al sur de la ciudad. Estos sucesos fueron difundidos por la Policía cuando se perpetró cada crimen. Autoridades policiales manifestaron su preocupación por la expansión de estos hechos hacia asentamientos aledaños

El sociólogo y economista, Fernando Salazar, informó que, al igual que en K’ara K’ara, otras zonas también sufren un alto índice de criminalidad, como consecuencia del fracaso del modelo de seguridad.
2012 El 19 de octubre de 2012, un adolescente de 14 años, conocido como El Garrafas fue acusado de violar y asesinar a Cristina, una joven de la misma edad, que salió a comprar comida de una broastería próxima a su casa pero fue interceptada por El Garrafas y varios de sus amigos, miembros de la pandilla "Los hijos de nadie". El menor fue enviado a un centro de infractores mientras que sus cómplices estaban prófugos.
2013 "Linchan a un hombre por robar un turril en K´ara K´ara", señala el titular de un hecho criminal, en el que una turba de vecinos golpeó a un hombre de 30 años de edad. La investigación policial posterior daba cuenta que el joven se llevó el turril de una casa que no tenía muro perimetral. Una joven que estaba sola en casa alertó a los vecinos. El presunto antisocial intentó darse a la fuga a bordo de un taxi, pero la gente bloqueó su salida, embarrancaron el auto y lo golpearon hasta dejarlo agonizante. La Policía logró rescatarlo pero murió horas más tarde.
2014 Raúl Mamani Rodríguez es otra de las víctimas de un linchamiento perpetrado en enero de 2014 en K’ara K’ara. El joven padre de una pequeña, tuvo una discusión con su esposa y salió de casa a beber a una chichería en la zona sur

Cuando retornaba, una mujer lo vio bajarse de su taxi e ir a mojarse la cara con el agua de un turril, en el patio de una casa que no tenía muro perimetral, pero antes de retirarse, una joven salió de la casa pidiendo auxilio; los vecinos lo agarraron y empezaron a golpearlo. En el proceso de investigación, vecinos señalaron a un adolescente de 14 años de golpearlo con una piedra, al menos diez veces en la cabeza. Otras dos personas más fueron acusadas de destrozarle la cabeza con una piedra.
2015 Zenobia Cruz Ajata  fue la segunda víctima de feminicidio el 2015 en Cochabamba. Ella fue golpeada por su pareja la madrugada de año nuevo, pero su tortura no terminó ahí, ya que ese mismo momento su cuñado golpeaba a su hermana y en el intento de defenderla sufrió otra golpiza.
Por su estado de gravedad fue internada en terapia intensiva, pero nunca pudo reaccionar y murió el 9 de enero de ese año.
2016 En noviembre de 2016, Adalid Encinas, un chofer de la línea 131, fue a visitar a sus hijas en horas de la madrugada. La Policía informó que tres dirigentes lo confundieron con un antisocial y convocaron a los vecinos. El padre explicaba el motivo de su presencia allí y pedía llamar a su esposa para corroborar la información, pero nadie lo escuchó y lo golpearon hasta dejarlo inconsciente. La víctima, de 26 años, llegó con muerte cerebral a terapia intensiva del hospital Viedma.
La hermana de Adalid pedía justicia y aclaró que él fue a visitar a sus hijas a las cinco de la madrugada porque a las seis debía incorporarse a trabajar. La Policía informó que Encinas no tenía antecedentes policiales. Según la evaluación del comandante de la Estación Policial Integral del Sur (EPI SUR), Iván Cordero, esta zona y, en realidad, algunos asentamientos en torno a K´ara K´ara, como Sivingani, Cobol, Alto Cobol y el Sub Distrito 31, se constituyen en las zonas de mayor riesgo en Cochabamba. La autoridad explicó, sin embargo, que estas zonas no aparecen  en el nuevo sistema de georeferenciación del delito.
El responsable de la elaboración de este sistema, que fue encargado a la Universidad Mayor de San Simón (UMSS), Fernando Salazar, informó que cuando se realizó el registro los datos proporcionados por la Policía no eran uniformes. "Algunas zonas tenían datos hasta el 2012, otros hasta el 2015".
Cordero acotó que entre los principales delitos que se registran en la zona están: la violencia física y psicológica, los robos y violaciones.
El policía informó que cada semana, al menos un hecho de violación a menor es denunciado en esta zona (K´ara K´ara y los asentamientos circundantes)

Uno de los primeros asentamientos ilegales que se fue conformando en torno al botadero de basura fue K’ara K’ara. La mayoría de sus habitantes migró de zonas deprimidas del país en busca de mejores condiciones de vida.
Poco a poco, los asentamientos se fueron consolidando tras el anuncio del cierre del botadero. El incumplimiento de un cierre técnico, permitió a sus dirigentes negociar la dotación de servicios básicos, de educación y salud. Sin embargo, los asentamientos se fueron extendiendo hasta llegar al límite con el municipio de Arbieto, según explicó Cordero.

Alcohol y pandillas agravan el riesgo

Para el excomandante de la EPI Sur, Eduardo Aguilar, existen cuatro factores determinantes del índice de criminalidad en K’ara K’ara y la zona sud en general: 1) La excesiva proliferación de locales y chicherías; 2) la creciente conformación de pandillas; 3) la precariedad de las condiciones de vida en los asentamientos, con casas sin muro perimetral, calles con deficiente alumbrado público y barrios con lotes baldíos; y 4) el reducido personal policial que no alcanza a cubrir la zona.
Para el responsable de la elaboración del Sistema de Información Geográfico de Seguridad Ciudadana, Fernando Salazar, el índice de criminalidad, no solo en K’ara K’ara, sino en todos los distritos de Cochabamba, es una consecuencia del fracaso del modelo de seguridad ciudadana que se tiene

“La Policía compra cámaras, instala GPS sin saber qué tipo de delitos y dónde se perpetran”, dijo. En esta ausencia, los vecinos asumen una actitud agresiva y proliferan las pandillas y grupos de atracadores. Ahí vienen los linchamientos”
Salazar señaló que la Policía debería tener planes de seguridad por distritos y zonas específicas, como parques y mercados, a fin de tener una reacción inmediata y efectiva, así como pasa con los bancos. “Si la Policía no hace eso, entonces nos vemos obligados a gastar nuestro dinero en guardias, así como lo hace la Alcaldía con sus gendarmes que realizan el control de tránsito