A menudo oímos que el futuro del país queda en las ligeras manos de la niñez, pero en el presente es normal encontrar noticias de abuso, violencia sexual, explotación, negligencia, golpizas, guerras internacionales, violencias psicológicas y maltratos, de los cuales los más afectados son las niñas y los niños. Entonces, nos preguntamos: ¿cuándo olvidamos que la niñez se construye de contextos presentes para forjar un futuro sólido y verdadero?
En el trascurso de este mes fuimos testigos de noticias con titulares estremecedores, nos fuimos informando de que, en la ciudad de La Paz, una niña de siete años fue golpeada brutalmente por la madrastra, hasta dejarla moribunda y, después de tres días, perdió la vida. Las investigaciones indicaron que el propio padre fue autor de tremendas golpizas. Una situación similar sucedió en Cochabamba exponiendo a una niña de apenas tres años que, según las investigaciones de la Defensoría de la Niñez y Adolescencia, fue flagelada hasta dejarla en un hospital con impedimento de varios días.
Estos casos son una muestra de la terrible realidad que vivimos en Bolivia, donde  cada minuto aproximadamente dos niños viven violencia física, psicológica o económica. Según datos de la Fiscalía, en 2016cada 10 días existe un infanticidio; 93 casos de violencia física contra niñas y niños se denuncian al mes y cada día se denuncian aproximadamente dos casos de niños que sufrieron violencia sexual. El 93.7 por ciento son niñas y adolescentes.
Esto, que para muchos constituye solo estadística, para miles de niñas y niños representa su propia vida y el futuro que puedan lograr. Es su manera de despertar, de vestirse para ir —o no— a la escuela, la manera en que conversan muchas veces con sus verdugos y, aunque suene agobiante, probablemente es hasta el mal sueño que no les deja descansar

Historias de este tipo que sumadas conforman la estadística de las instituciones son las que como Aldeas Infantiles SOS intentamos prevenir o, en el peor de los casos, restituir en derechos para que puedan volver a vivir dignamente. La niña de tres años del caso cochabambino pronto será acogida en una familia SOS. Junto con su hermano, ambos podrán crecer en un ambiente protector y afectivo, donde se les brindará respuestas acorde a su situación, para sanar todas las heridas físicas y psicológicas causadas por la violencia e imprudencia de los adultos

Sin embargo, toda esta información dolorosa y de casos injustos e inadmisibles nos lleva a preguntarnos en esta Navidad: ¿Si el futuro del país se encuentra en las vidas de la niñez, cuánto presente existe para cada niña y niño?
En esta Navidad, manifestamos como Aldeas Infantiles SOS nuestro más profundo respeto por esos cuatro millones de niños y niñas que conforman más del 40 por ciento de la población, y nuestro compromiso inquebrantable para los miles de niños y niñas que participan en nuestros programas de seguir actuando a favor de la infancia feliz que les corresponde por derecho

Que este 25 de diciembre la situación actual de la infancia en riesgo se haya reflejado en su verdadera dimensión la promesa asumida con los niños y niñas; y que la indiferencia deje ser una respuesta.