Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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RADICAL LIBRE

La hora del fascismo

La hora del fascismo
Hoy los miserables han ascendido a pobres. Esos pobres son consumidores de bonos, son sujetos de la caridad estatal. Ese 70 por ciento de trabajadores informales (gremiales, contrabandistas, cocaleros, cooperativistas) son pobres que viven al día y que no contribuyen a los servicios públicos. Es decir, gente que vota a cambio de vidrios de colores

Hoy la ampliación de la frontera agrícola y de la frontera extractivista sirve para explotación cocalera, maderera, minera, petrolera, soyera, transgénica. Hoy el extractivismo no es solo saqueo de materias primas; es extracción de naturaleza. Más grave aún, el extractivismo se ha convertido en un proceso permanente de despojo de territorios, por tanto, de un genocidio del mundo indígena comunal y tribal cometido por el Estado

Hoy la educación pública es el proceso de legitimación de esa acumulación salvaje a través de la alienación. Un discurso que dice que defiende los derechos ciudadanos, pero naturaliza su privatización; un discurso que dice que defiende los derechos de los pueblos, pero anula la experiencia del bien común; un discurso que dice que defiende los derechos de la mujer, pero practica su degradación. Convierte a la lucha contra el patriarcado, contra el capitalismo, contra la colonización, en adorno discursivo

Porque hoy masismo rima con fascismo. Y como el fascismo no solo necesita de un Estado estafador, también construye una masa servil. “Ahora ya no gobiernan los gringos. Ahora gobiernan los indios”, dice. Debiera decir: ahora gobierna este indio, este indio fascista sobre una masa que ha renunciado a su emancipación como seres humanos, a su lucha contra la alienación, la explotación y la pobreza, y que se ha degradado a la esclavitud de la consigna. Ese remedo de humanidad que pretende arrastrarnos a todos a su miseria: al grito, al insulto, al golpe, al odio, a la venganza, a su reelección permanente

El congreso del MAS rima con fascismo. Pero el fascismo es, todavía, una rima. El sonido de la bestia, no la cadena de los esclavos. Una campana temprana de que la bestia se acerca, nos tira su desprecio en la cara, nos pretende arrodillados. No sucederá. Nadie nos ha regalado ni concedido democracia. Hemos luchado y hemos creído y hemos querido democracia. Una democracia de verdad, radical, profunda, libre, alegre. Por eso, porque fascismo no rima con democracia, esa rima fascista no es nuestra. Es la rima de García Meza. Es la rima de Evo Morales. La nuestra, en cambio, es otra: morir antes que esclavos vivir. Porque somos cuna de libertad. Porque somos tumba de tiranos.