La madrastra y el padre de la niña Sofía, martirizada y abandonada en K’ara K’ara, fueron sometidos ayer a una audiencia de medidas cautelares. La Fiscalía imputó a Alberta Choquechambi Ramos por los delitos de lesiones graves, gravísimas, tentativa de infanticidio y abandono de menor. Pidió su detención preventiva y el juzgado se la concedió. Fue llevada a la cárcel de San Sebastián.

Sin embargo, no ocurrió lo mismo con Basilio Puma Perka, el padre de Sofía. En la misma audiencia, la Fiscalía modificó la imputación, lo sindicó de encubrimiento, alegando que no existían suficientes elementos para demostrar que el hombre participó de las golpizas a Sofía y a su hermano, quien también fue maltratado.

En respuesta a la fundamentación fiscal, el juez de la EPI Sur liberó al padre ordenándole el pago de una fianza de 3.000 bolivianos, su presentación ante la Fiscalía, cada 15 días; arraigo departamental y nacional; que no amenace a sus hijos y que acredite domicilio y trabajo.

En el caso de la niña Abigail, en El Alto, la Fiscalía actuó de distinta manera. Acusó a la madre biológica de abandono y de tentativa de infanticidio, pese a que ella no vivía con sus hijas porque el padre se las había arrebatado y no sabía lo que les pasaba. La mujer está presa.

Basilio Puma vivía con sus hijos, Sofía, de tres años, y Santiago (nombre cambiado), de seis. Aunque viajaba por trabajo, los veía con frecuencia y las lesiones de ambos son notorias. La Fiscalía considera que solo encubrió los delitos de su nueva pareja.

Santiago fue examinado por un médico forense que verificó que el niño tiene excoriaciones en el rostro, cerca de la oreja, en el codo, antebrazo, pierna izquierda y pie derecho. Su diagnóstico es policontusiones causadas siete días antes, por fricción, y con un objeto contundente. Le otorgaron siete días de impedimento.

El pequeño no quiso hablar sobre lo sucedido. Como si le hubieran enseñado qué decir, sostuvo que su madrastra lo quiere. Fue llevado a un centro de acogida por la Defensoría de la Niñez y la Adolescencia de Cochabamba.

En sus declaraciones, Alberta Choquechambi dijo que Sofía comió mangos verdes y le salieron puchichis (abcesos) que ella trató con hierbas, inyecciones y que finalmente reventó para que la infección drene. Sobre las otras lesiones, sostuvo que Santiago y otros niños la golpeaban porque ella les quitaba sus alimentos. Insistió en que Sofía se salió de la casa, el 12 de diciembre, mientras ella iba a la FELCC con una pariente y que cuando supo que la Defensoría se la había llevado, fue a buscar al padre hasta Sabaya, Oruro, porque no tenía documentos para solicitar que se la devuelvan.

Basilio declaró que viajaba mucho y no se percató que sus hijos tenían lesiones, pero argumentó que él jamás vio a Alberta pegándoles. La pareja convive desde hace un año y Alberta tiene otros dos niños, que habitaban en la misma casa de K’ara K’ara.