La actriz María Elena Allcoreza Bedregal falleció la noche del jueves en la ciudad de La Paz, tras una larga batalla contra el cáncer.

Su última presentación en Cochabamba fue el pasado 12 de octubre, en el Teatro Achá. Interpretó su célebre personaje del Gato con Botas, inspirado en el cuento popular en versión de Charles Perrault. En La Paz, María Elena se despidió del escenario el 6 de noviembre, junto a su exesposo y también actor David Mondacca y el hijo de ambos, Juan Jorge, que hoy tiene 28 años.

"Adoro esta obra; mi corazón de niña, intacto, late cuando escucho los gritos de los chicos y sus padres, sus risas, y yo salto y maúllo llena de vida”. Esta vez, "la enfermedad no va a detenerme”, dijo María Elena Alcoreza al diario Página Siete, en una entrevista publicada el 6 de noviembre.

María Elena dirigía cumpleaños infantiles con un carácter impresionante que apenas cabía en su menuda estatura, y con una sensibilidad capaz de contener tanto a los niños más inquietos, como a los solitarios de las fiestas. Su formación como psicóloga la respaldaba, aseguró el portal Urgente.bo.

La actriz inició su carrera con el declamador Ignacio Duchén de Córdova. De ahí pasó a la televisión, en programas como Hola chicos, junto a Vicky Zuazo. En sus años universitarios trabajó junto a David Santalla en obras cómicas y populares.

María Elena Alcoreza fue polifacética, pues incursionó en la televisión, los títeres, el teatro, el cine y, sobre todo, la animación infantil.

En cine personificó a la beata Tina Tovar de la película boliviana “Los Andes no creen en Dios”, de Antonio Eguino. También hizo su aparición en la cinta “Olvidados” de Carla Ortiz.

"Yo era como el comodín, la que estaba en todos los cursos, bailando, representando -fui incluso la Virgen de Guadalupe- y poniendo en apuros a mi mamá, María Elena Bedregal, quien no pocas veces debía coser los trajes en una sola noche”.

Consciente de su enfermedad y de la cercanía de su propia muerte, la actriz dijo a Página Siete que el cáncer "parece que va a vencerme”.

El dolor y las incomodidades de su padecimiento no minaron su carácter alegre, explosivo. De hecho, durante la entrevista con la periodista Mabel Franco de Página Siete no mostró ni pizca de autocompasión. Apenas tuvo unos segundos de seriedad, y otra vez, llena de vida, habló de sus planes para el futuro.

"Dios me dotó de una voz impresionante. Una compensación para mi tamaño: mido 1.50 de estatura, pero soy capaz de dominar auditorios de más de 400 personas, fiestas con niños y niñas bulliciosos. ¿Sabes? Mi mamá era una ‘deditos de oro’ para resolver emergencias, una cualidad que heredé. Sé hacer de todo y a todo me animo: arreglar una plancha, reparar un enchufe, coser lo que sea. No le temo al fracaso y mira que fracasé muchas veces, pero aquí estoy”, afirmó.

De su segundo matrimonio con Luis Eduardo Siles nació una niña de nombre Alejandra, una adolescente que acompañó a Alcoreza tras bambalinas durante su carrera artística.