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  • Diario Digital | sábado, 20 de abril de 2024
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El delfín de los Castro en Cuba

El delfín de los Castro en Cuba
El nombre de Miguel Díaz-Canel ya empezó a sonar hace tres años cuando se comenzó a hablar del sucesor de los hermanos Castro en Cuba: Fidel y Raúl. Ahora, con la muerte del Comandante se comenzó nuevamente a mencionarlo. Y es que en la isla todo parece estar fríamente calculado, más cuando se sabe que Raúl Castro dejará el poder el 24 de febrero de 2018 cuando venza su segundo mandato, después de que su hermano se apartara del poder en 2006.

A diferencia de otros países en los que existen elecciones para elegir al mandatario, en Cuba esto se da aún a la manera de los Castro. Cuando Fidel se apartó de la Presidencia por problemas de salud, entre otros motivos, el poder no fue sometido a plebiscito, sino que fue entregado a su hermano Raúl y tal parece que de algún modo se volverá a actuar así.

El delfín de los Castro nació el 20 de abril de 1960 en Villa Clara. Es ingeniero electrónico y profesor en la Universidad Central de Las Villas, además de Primer secretario del Partido Comunista en Villa Clara y Holguín, miembro del Buró Político del Comité Central. Ha sido Ministro de Educación Superior, vicepresidente del Consejo de Ministros y luego primer vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros. Se casó dos veces.

¿Qué dicen desde hace años sobre quien ahora es primer Vicepresidente y número dos del Gobierno? Unos indican que no tuvo nada que ver con el pasado prerrevolucionario de Cuba, ni siquiera con los primeros momentos de la revolución de la isla. Creció y se formó con los hermanos Castro en el poder y la mayor parte de su carrera política se desarrolló en la isla comunista, pero fuera de la órbita soviética.

Por esos y otros motivos, como el restablecimiento de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos en julio de 2015, es que algunos analistas consideran que es muy difícil predecir qué pasará exactamente con el poder postcastrista, sobre todo tras la desaparición del expresidente cubano.

Lo que sí está claro es que lo que de aquí hacia adelante suceda responderá a la duda que durante décadas se plantearon analistas que se preguntaron si la Revolución Cubana lograría sobrevivir sin su máximo líder; aunque ni tonto ni perezoso, Raúl Castro comenzó hace tiempo a dar los primeros pasos para asegurarse de la supervivencia del sistema cubano.

Sin embargo, el pragmatismo del delfín de los Castro y la gente que lo rodea que no pertenece a la generación histórica de la Revolución podrían dar más de una sorpresa. Ahí está Marino Murillo, quien dio impulso en los últimos años a la iniciativa privada; aunque no será tan fácil porque frente a ellos todavía subsistirán dirigentes de la vieja camada que son muy conservadores como Ramiro Valdés, de 84 años, considerado uno de los históricos de la Revolución Cubana.

Faltará ver si el 2018 la dirigencia de Cuba, más bien, se divide entre los antiguos revolucionarios y los nuevos, más pragmáticos y “modernos”.

Sea quien fuere el próximo Presidente, lo cierto es que no son pocos los retos que tendrá al frente, algunos de los que ya fueron enumerados por algunos analistas: existe un bajo poder adquisitivo en la población que no permite a la gente comprar lo que quiere y es que sigue siendo un país en el que el Estado es el principal emisor de salarios y hay quienes se quejan de que los mismos no alcanzan para cubrir ni la canasta básica; luego existe desabastecimiento de productos que los cubanos quisieran comprar y no hay; en cuanto a la infraestructura y el transporte, tienen problemas a resolver, en algunos casos agravados por viejas vías y un transporte que no halla formas modernas de solución.

No es todo. Existe una población cada vez más vieja frente a una baja natalidad. Y a todo ello podríamos sumar un largo etcétera vinculado a los servicios públicos, sobre todo de comunicación, a la tecnología… ¿Y la libertad de expresión?