¿La sequía nos agarró desprevenidos o despreocupados? En el mundo se ha reaccionado de distinta manera, en distintos momentos, ante los efectos de la falta de lluvias. Se han tomado medidas que van desde las ancestrales hasta las que utilizan tecnología de punta.

Ante la lenta toma de decisiones de parte de las autoridades de Bolivia, la gente no puede quedarse de brazos cruzados y más bien debe darse modos para tener agua. Mientras tanto, no queda otra que exigir mayor celeridad a quienes tienen el poder político para impulsar proyectos.

Desde el departamento de Potosí, se informaba que pobladores indígenas recordaban que sus ancestros llevaban niños a las cimas de los cerros para rezar y, con ayuda de las lágrimas de los pequeños, pedir que llueva.

En las redes sociales circulan consejos para un uso racional del agua y materiales informativos que dan a conocer iniciativas interesantes que pueden ser útiles a la hora de buscar soluciones a la crisis que el país enfrenta.

Algunas formas de reunir agua son las denominadas cosecha y siembra de agua. En la región andina, se ha recuperado una antigua técnica que consiste en reunir el líquido en lagunas ubicadas en zonas altas, de manera que la filtración natural alimente los manantiales que se encuentran más abajo.

En abril pasado, se supo de una iniciativa apoyada por la Organización de Naciones Unidas y su Programa de Pequeñas Donaciones (PPD) en la provincia del Chaco, en Argentina. Una de ellas es conocida como la “cosecha de lluvias”, que es la recolección de agua de precipitaciones y para ello se cuenta con el respaldo técnico de instituciones públicas para la construcción de tanques cisterna y capacitación para el almacenaje y conservación del preciado líquido.

Por ejemplo, se menciona un sistema de recolección de agua de lluvia mediante el uso de botellas de plástico. Todas ellas están conectadas entre sí, apoyadas en forma vertical sobre una pared. Reciben agua que cae al techo y es dirigida por la canaleta hasta un sistema de distribución que llena cada una de las botellas.

Esta es la propuesta de una familia colombiana que bautizó a su iniciativa con el nombre de “Ekomuro H2O” y ya ha sido probada en escuelas de Bogotá, como también en Brasil, Chile, Guatemala y Honduras. Claro, hay que esperar a que llueva.

Del otro lado del mundo, Israel es uno de los países más afectados por la escasez de agua, pero también es líder en la implementación de tecnología para combatir ese problema. Tiene equipos que le quitan la sal al agua del mar. Estas plantas desalinizadoras producen cantidades de agua suficientes para atender a la población en general, a los hoteles, a los proyectos de riego y a los invernaderos y huertos agrícolas.

Entre otras cosas, también posee plantas de tratamiento de aguas residuales. Si bien el líquido puede ser de consumo humano, el producto reciclado es utilizado para el riego. Se estima que el 90 por ciento del agua residual es reutilizada en ese país.

Un trabajo periodístico del diario argentino La Nación, de noviembre de 2015, describe el ambiente no como un desierto, con camellos y arena por todas partes. Más bien, se puede apreciar el verde de la naturaleza y frutas apetitosas que, incluso, llegan a ser exportadas a Europa y Asia.

Como esa tecnología no está al alcance de los bolivianos, deberíamos investigar las otras formas más baratas de recuperar el agua y para tal efecto la creatividad será importante, a fin de recuperar el líquido de la lluvia, por ejemplo, en vez de que este se vaya por las canaletas sin mayor uso.

Y es que a la hora de buscar soluciones, todos debemos movilizarnos, porque si nos dedicamos únicamente a protestar, criticar y el resto del tiempo no hacemos otra cosa que lamentarnos de nuestra triste vida, no lograremos tener el agua que necesitamos.