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  • Diario Digital | miércoles, 24 de abril de 2024
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“La factura de la felicidad”

“La factura de la felicidad”
Si usted compra este fin de año un electrodoméstico para su casa, exija la factura con más ganas, porque le darán premio por hacerlo gracias al programa “La factura de la felicidad”, que tiene por objetivo incentivar a los ciudadanos a la cultura tributaria mediante las facturas emitidas y registradas del 11 de noviembre al 31 de diciembre. Entre los participantes se sortearán televisores, equipos de sonido, refrigeradores y microondas.

Entre los 100 productos dispuestos para la premiación están refrigeradores de 16 pies, lavadoras de 8 kilos, televisores LED, Home Theater y hornos microondas. Podrán participar todos los ciudadanos que habiten en cualquier parte del país que exijan facturas y/o notas fiscales emitidas entre el 11 de noviembre al 31 de diciembre y cuando estas sean declaradas por el proveedor en el Libro de Ventas IVA (Impuesto al Valor Agregado) y registradas en la base de datos del SIN, accederán al sorteo que se realizará el 27 de enero de 2017. Los ciudadanos podrán consultar si la o las facturas y/o notas fiscales emitidas se encuentran registradas en la base de datos del SIN, mediante la página web de la institución (www. impuestos.gob.bo), aplicativo móvil y la línea gratuita 800-10-3444.

Desde hace años que Impuestos Internos nos viene diciendo lo mismo: todos los contribuyentes tienen el derecho a exigir su factura por la adquisición de cualquier bien o el pago de algún servicio. Sin embargo, esto no es tan fácil y dependiendo de en qué ciudad de Bolivia nos encontremos, la vigilancia del ojo del ente recaudador es mayor o menor.

En Cochabamba, en casi todos los lugares en los que se vende algo le preguntan a uno si quiere con o sin factura. Es más, esto no solo ocurre en puestos de venta de mercados, sino en consultorios, tiendas lujosas y servicios profesionales. El argumento siempre es el mismo: el precio que acaban de darnos o que figura en vitrina es el que no incluye la factura y si reclamamos por la misma, se tendría que añadir el porcentaje equivalente y algunos nos hablan de 13 por ciento y otros de 15.5 por ciento .

Lo curioso del caso es que tales preguntas se las hace con la desfachatez de quien ni siquiera parece darse cuenta de que en la sola pregunta de con o sin factura está planteando un escenario ilegal que debería costarle algo más que una multa.

Por ello, el programa “La factura de la felicidad” debiera ser aplaudido, porque demuestra, para empezar, una alta creatividad de quien, además, se ha dado cuenta de que si el comprador empieza a exigir la factura a cualquier precio, a los comerciantes no les quedará otra que entregarla y luego pagar impuestos.

El reto de ampliar el universo tributario, deuda que sigue pendiente, y de lograr que todo el mundo dé factura son tareas que no han logrado ser completadas por ningún gobierno de turno. Todos prometieron hacerlo, pero a la hora de la verdad tuvieron que sumar sus fracasos.

Sin embargo, si por cultura ciudadana no exigimos factura o para entregarla ponemos una serie de reparos, tal vez por las ganas de ganar un premio logremos, al final del día, generar mayores ingresos a Impuestos Internos.

Eso nos falta en Bolivia: mayor creatividad para enfrentar los imposibles históricos, tanto en materia económica como política, y el ejemplo de este programa no debiéramos dejar pasar por ese motivo; aunque entre enero y julio de este año las recaudaciones tributarias llegaron a 32.380 millones de bolivianos, lo que significa 10 por ciento más que los 29.423 millones de bolivianos registrados en igual periodo de 2013.

Veremos en enero cómo le fue al SIN con el programa “La factura de la felicidad”, mediante el que no solo podría recabar más dinero, sino luchar contra el contrabando de línea blanca, que es uno de los más fuertes en épocas navideñas.